Galería BECH presenta su nueva exposición titulada TEMPORAL del artista Pablo Montealegre, una muestra que busca abordar un asunto tan recurrente como imposible para la pintura: representar el tiempo.

Las pinturas que se presentan en TEMPORAL se sostienen en operaciones insistentes de códigos ajenos al lenguaje de la imagen fija, ya que el tiempo que se busca mostrar no es aquel marcado por un evento, sino su contrario: el tiempo residual, ese que queda como resto o entremedio de un evento.

Los trabajos han sido llevados a cabo en base a una porfía: ante el carácter dinámico de los modelos, las imágenes en pintura han sido sistemáticamente corregidas para calzar con ellos. El resultado de este proceso es tanto una actualización de la imagen como una perdida. Un juego y un coqueteo entre la representación en pintura y ... la imposibilidad de representar el tiempo.

Por otra parte, TEMPORAL suscita una imagen: un desorden climático, la irrupción de condiciones de cambios precipitados, una amenaza del tiempo ante el cual todo lo que el hombre hace puede correr peligro. Un temporal puede ser un desastre, un drama, pero también puede ser una situación que conmueve y emociona. Lo temporal es lo que padece al tiempo, pero que no es agotado por el tiempo, dado que es lo resistente a la eternidad.

Antes que celebrar la imagen en pintura, TEMPORAL busca configurar la pregunta por sus aprietos y la cosmética de su producto final. Hay una obra terminada, pero: ¿dónde queda todo trabajo que la antecede? Sobre todo lo que se perdió en virtud de generar la imagen como un resultado, que de una u otra manera, aún está ahí, en el cuadro. Así, podemos pensar la pintura como una gran contradicción: una superficie que se vuelve radicalmente profunda, un temporal que busca dejar vestigio de sí mismo para siempre.