El impasse que se ha vivido en los preparativos de la 30ª Bienal de arte de São Paulo desde que, en enero pasado se produjera el bloqueo de las cuentas de Fundação Bienal de São Paulo (FBSP), ha terminado esta semana con el nombramiento del Museu de Arte Moderna de São Paulo (MAM-SP) como responsable de su organización, según los comunicados hechos públicos tanto por la Bienal y como por el propio Ministerio de Cultura brasileño. Los nuevos organizadores -elegidos entre los tres invitados a serlo, donde estaban también el Instituto Tomie Ohtake y la Pinacoteca do Estado- trabajan ya con presupuestos más modestos, entre los 18 y 22 M. de $, y prevén mantener el equipo curatorial que dirige el venezolano Luis Pérez-Oramas.

Los problemas para la Bienal comenzaron en 2009, cuando los tribunales iniciaron una investigación por irregularidades en la administración de recursos públicos entre 1999 y 2006 por parte de la Fundação Bienal de São Paulo, entidad sin fines de lucro que desde 1962 organiza el evento, financiado con recursos públicos y privados. El pasado enero se congelaron sus cuentas, con unos 6,5 M. de $. La bienal, que desde 1957 se realiza en el Pabellón Ciccilio Matarazzo, diseñado por el arquitecto Oscar Niemeyer, en el Parque Ibirapuera de São Paulo, está considerada, junto a la de Venecia y la Documenta de Kassel, como una de las tres bienales más importantes del circuito artístico mundial. ARTEINFORMADO