El Centro de la fotografía de Mougins abre sus puertas al público con una exposición de la fotógrafa española Isabel Muñoz. Nacida en Barcelona en 1951, Isabel Muñoz vive y trabaja en Madrid desde 1970. Reconocida internacionalmente, es conocida por su uso de formatos extra grandes y sus impresiones en platino.
Su primera exposición, Toques (1986), en el Instituto Francés de Madrid, lanzó su carrera. A partir de entonces, se expresó en exposiciones individuales y colectivas. Numerosos premios y distinciones jalonan su trayectoria como fotógrafa: el Premio Bartolomé Ros (2009), la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, otorgada por el Ministerio de Cultura (2009), el Premio de Sensibilización de UNICEF España (2010) y el Premio Fundación DE ARTE (2012). Reconocida por su dominio de la impresión en platino y la originalidad de su enfoque, en 2016 Isabel Muñoz recibió el Premio de Fotografía del Ministerio de Cultura de...España.En esta ocasión, se organiza una importante retrospectiva, «La antropología de los sentimientos», en la Tabacalera (Madrid). La Maison Européenne de la Photographie (MEP, París), el New Museum of Contemporary Art (Nueva York), el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid), la Foto Colectiana (Barcelona), la Fundación Canal (Madrid) y el Instituto Cervantes (Ciudad de México, Guatemala, La Paz, Shangai) tienen obra de Isabel Muñoz en sus colecciones.
En sus primeras serias Tango y Flamenco de 1989, se establece el tono. Disparadas sobre platino en formatos muy grandes, las fotografías expresan esta búsqueda de sentimientos, fruto de una relación de confianza establecida entre el fotógrafo y los actores. La cámara se convierte en la posible travesía hacia un mundo desconocido, el paso a un espacio intangible y a una nueva temporalidad.
En el Centro de la fotografía de Mougins, se expondrán obras recientes del fotógrafo español: una serie realizada en Japón, fruto de varios viajes. La mayoría de las fotografías son inéditas, tanto por los vídeos como por las imágenes fijas. La exposición «1001» nos ofrece múltiples retratos que conservan la huella de un arraigo en una cultura japonesa alternativa, entre el respeto y la superación de la tradición. En una sorprendente galería de personajes, vemos retratos de bailarines de butoh, ese movimiento de transgresión de la danza en reacción al militarismo y a Hiroshima. Varias generaciones de bailarines convocados por Isabel Muñoz expresan la proximidad entre el sufrimiento, la belleza y la muerte. Vemos
inquietantes desnudos de yakusas, presenciamos escenas de shibari. Lo que suele ser una cuestión de exotismo japonés, nos acerca a una verdad inmutable. Lo que no cambia Lo que no debe cambiar en la diversidad humana. Isabel Muñoz consigue guiar al espectador lo más cerca posible de las bailarinas de butoh, lo más cerca posible de los tatuajes de las yakusas, del dolor y del placer del shibari. Donde uno no se atreve a ir, donde uno no puede ir. Confusión voluntaria de imágenes fijas y movimientos lentos, las instalaciones también evocan el cambio climático y la permanencia de los elementos primarios, el agua, la tierra...
Entrada actualizada el el 28 may de 2021
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