El enigma del ruido secreto
En el año 1916 Walter Arensberg, crítico de arte, poeta y amigo de Marcel Duchamp, le regaló a este un ovillo de cuerda con un objeto en su interior, el cual propiciaba que al agitarlo generase un pequeño sonido. Este regalo dio origen a “À Bruit secret” uno de los varios ready-mades que Duchamp crearía en aquella época.
Duchamp situó el ovillo entre dos placas de latón atornilladas, sobre las cuales existían unos textos incompletos, que creaban una pluralidad de lenguajes, orígenes y significados, análoga a la que emanaba del interior de la obra a través del sonido.
El ruido proveniente del ovillo, provocado por algo que solo Arensberg conocía, era en palabras de Duchamp “una especie de secreto entre nosotros”. Un secreto que jugaba con, lo visible y lo invisible, lo figurado y lo imaginario, planteando como oculto el sonido percibido.
“À Bruit secret” se puede definir y...acotar, en cuanto objeto artístico, por su doble carácter de escultura sonora y obra interactiva, ya que su manipulación es necesaria para activar el sonido de su interior. Pero, más allá de su definición, “À Bruit secret” despliega múltiples significados de lo que para muchos de nosotros supone el arte y la práctica artística, que transitan los ámbitos de lo personal y lo profesional.
Esta exposición reúne a artistas con los cuales he tenido algún tipo de acercamiento personal en los últimos años y con los que, estoy convencido, comparto el interés y motivación por volver una y otra vez al estudio e intentar resolver el enigma del ruido secreto planteado por Marcel Duchamp en complicidad con Walter Arensberg..
Entrada actualizada el el 16 jun de 2022
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