Abeja carpintera es la tercera exposición que Galería silvestre presenta de Almudena Lanceolada. La artista nos invita a un recorrido onírico por una naturaleza próxima a ella, también a nosotros. Su pintura se vuelve cada vez más esencial en donde los colores pastel y una mezcla de formas orgánicas y geométricas predominan.
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Nunca había visto al ruiseñor, pero lo escuchaba durante toda la noche y el día. Se lo imaginaba tan grande como una paloma, de muchos colores y con caracoles debajo de las alas. Todo eso le decía su canto.
La abeja carpintera vive en el jardín de una casa muy especial, donde nacen a menudo tréboles de cuatro hojas, una vez contó hasta 11; y donde vive Manuela, una niña de nueve años que le ofrece de vez en cuando flores exóticas para probar. Jamás olvidará la protea, sintió saborear el mismo verano.
En ocasiones se asoma al patio donde va...a tomar el sol el lagarto de azúcar, entre sus escamas vive un ácaro amigo de la abeja, que a veces, sin venir a cuento le dice: “La abeja laboriosa no tiene tiempo para la tristeza”. Parece que aquella frase hecha no tiene nada que ver con ella, se refiere más bien a sus primas, las abejas que trabajan en la colmena. Ella es una abeja carpintera, conocida comúnmente como abejorro, y sí podría tener tiempo para la tristeza, pero no motivos. Nuestro bichito zumbante de color negro azulado se dedica principalmente a buscar comida entre las flores, y se brinda el privilegio de la contemplación y el disfrute. Por la mañana se despierta con la luna matutina, después del desayuno se posa en la calabaza decorada del otoño pasado que hay en el porche, y desde ahí hace una de las cosas que más le gusta hacer, observar al gato que cuando se queda dormido le florece un pensamiento en la cabeza.
Almudena Lanceolada
Entrada actualizada el el 22 feb de 2023
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