Entrada general: R$ 10,00. Entrada reducida para estudiantes con acreditación: R$ 5,00. Entrada gratuita: todos los días para menores de 10 años y mayores de 60. Sábados: para todos los públicos.
La Pinacoteca de São Paulo, museo de la Secretaría de Cultura y Economía Creativa del estado de São Paulo presenta, del 26 de octubre de 2019 al 16 de febrero de 2020, la exposición Adrià Julià: Nem mesmo os mortos sobreviverão [Ni siquiera los muertos sobrevivirán], primera exposición individual en Brasil del artista nacido en Barcelona, en 1974. Comisariada por Fernanda Pitta, curadora del museo, la muestra presenta obras que ocupan el patio y dos salas contiguas a la exposición de larga duración de la colección de la Pinacoteca, instalada en la segunda planta. Los trabajos cuestionan la implicación de las técnicas de reproducción, impresión y autenticación que pautaron la organización del flujo de imágenes en los inicios de la fotografía, con base en los experimentos del inventor Hercule Florence, que vivió en Brasil en el siglo XIX.
A través de instalaciones, cine, video, fotografía y publicaciones, Adrià Julià parte...de una supuesta objetividad documental de la imagen para construir ficciones que revelan aspectos olvidados u ocultos de la historia. Su trabajo se dirige a la investigación de una actual supuesta obsesión con la precisión de la imagen, la documentación y la copia perfecta, así como el uso de estos elementos como instrumentos de control de los cuerpos, las relaciones y la naturaleza.
La muestra en la Pinacoteca cuenta con el apoyo de Acción Cultural Española (AC/E), a través de su Programa de Internacionalización de la Cultura Española (PICE), en la modalidad de "Movilidad"; del Instituto Hercule Florence y de la Colección Cyrillo Hercule Florence. El artista presenta desdoblamientos del proyecto Copy Money Copy [Copia dinero copia], que está realizando en Brasil desde 2016, como trabajo de investigación sobre el fotógrafo, dibujante, tipógrafo e inventor Hercule Florence (Niza, 1804 - Campinas, 1879).
El objetivo de Adrià ha sido investigar sobre la utopía y el fracaso de los experimentos con la imagen reproducible, realizados por uno de los inventores extranjeros más interesantes y notables que se establecieron en Brasil en el siglo XIX. Florence, uno de los menos conocidos entre los muchos inventores de procesos fotográficos a principios de la década de 1830, fue el primero en acuñar el término "fotografía" para designar a la tecnología de la impresión mediante la luz.
Durante el período en que el francés se instaló en Brasil, entre 1824 y 1879, logró, entre otras cosas, mejorar el control del deterioro gradual que el sol causa a la imagen utilizando oro, en vez de plata, como otros inventores hicieron en sus primeros experimentos. Debido a la escasez de recursos, también tuvo que recurrir al uso de su propia orina como agente fijador de la imagen.
Siguiendo procesos similares, Julià creó la obra Exercise for an Overexposed Landscape (#2) [Ejercicio para un paisaje sobreexpuesto] para la sala A. En ella, una máquina hace girar una fotografía de gran formato cuyo papel, impregnado con oro y orina humana como agente fijador –tal como Florence había realizado–, estuvo sobreexpuesto a la luz ambiental durante tres días. El sistema de engranaje crea un movimiento en bucle de la imagen que completa un ciclo cada 24 horas.
En alusión a los inicios de la fotografía y la imagen animada, el artista hace una reflexión sobre la repetición, el automatismo y la reproducción dentro del universo de la imagen. "Al presentar la obra en la sala contigua a la dedicada a las obras de los viajeros, el artista rememora el lugar que ocupa Florence en las narrativas de la construcción del imaginario sobre Brasil, que los extranjeros emprendieron durante el siglo XIX, y también hace referencia a las implicaciones de la mirada colonizadora", explica la comisaria Fernanda Pitta.
En la sala B, se presenta la instalación de vídeo The Exceeding Image [La imagen excedente], que trata sobre la historia de una fotografía perdida, realizada por Florence. Según la descripción del inventor, la imagen, tomada desde su casa hacia la plaza del pueblo y la cárcel pública de la entonces Vila de São Carlos (actual Campinas), reproduciría la vista de la cárcel, cuidada por su vigilante y ocupada por prisioneros. La posibilidad de ser una de las primeras fotos en la historia que capturó la imagen de una cárcel le confiere un valor simbólico y para Adrià se convierte en el punto de partida hacia una ficción en torno a este evento del cual no se conservan imágenes. Solo se puede reconstruir a través de la imaginación.
Entre las dos salas, en el patio, un mecanismo imprime hojas de papel con la imagen del colibrí, tomada del billete de 1 real, ya fuera de curso. La obra comenta el intento fallido de Florence, con su papel inimitable, de encontrar una técnica que pudiese evitar la falsificación del papel moneda, un problema que preocupó a todas las economías que, a lo largo del siglo XIX, adoptaron esta forma de sistema monetario, incluido Brasil.
Las dos salas, concebidas como el espacio del inventor (la máquina en la sala A) y el espacio de la imagen (la prisión en la sala B), junto con la acción de "distribución" del patio, cuestionan el modo en que los dispositivos técnicos modelan la organización del flujo de imágenes y del valor económico en el mundo contemporáneo. "No es coincidencia que estos flujos parezcan coincidir con los primeros desarrollos de una economía en la que el lastre del valor económico se ha vuelto cada vez menos importante", concluye la comisaria.
Imágenes de la Exposición
Adrià Julià, One Inimitável, 2019
Entrada actualizada el el 29 oct de 2019
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