Acompañadme en este paseo por historias de Fe que hacen a Alcalá, mi Ciudad, abierta y solidaria; y donde el encuentro con la clausura es parada obligatoria…, máxime si se puede acceder al otro lado del torno. Gracias al beneplácito de sus moradoras os puedo mostrar algunas zonas sin perturbar su recogimiento, ni sus trabajos (imprenta, dulces, costura, restauración, etc.), al tiempo que cuidan y protegen su rico patrimonio, que han prestado, para su admiración, en exposiciones excepcionales. Y en este paseo fluyen y convergen con sus habitantes, les marcan, las historias de Fe que no sólo dan origen a la ciudad, sino que abren de par en par sus puertas a quienes deciden compartir su vida aquí; y por ende, se muestra solidaria con los necesitados. En casa, de siempre, hay una norma nunca escrita: “A las monjas hay que ayudarlas…, y a quien lo necesite”. Una norma que...sé que está en cada casa, aunque tampoco esté escrita. Este paseo termina, pero ahí os espera mi Ciudad.
Pilar Navío
Entrada actualizada el el 09 abr de 2024
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