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'La necesidad de Barrios de comprender que el proceso creativo funciona en una constelación ampliada más allá del Yo y la conciencia, (...) lo lleva por el sendero del esoterismo implicado en las prácticas ... espiritistas. (...) Como Barrios asegura, a partir de ahí descubre cómo conectarse con su espíritu guía y se adentra en la relación con esa zona del no-conocimiento, desarrollando así sus capacidades para trabajar como médium y para comunicarse con los espíritus. (...) [Esto nos remite] a un postulado de la antigua práctica esotérica de la alquimia en donde el aprendiz alcanza la más alta forma de conciencia al adquirir el entendimiento de su propio microcosmos y del macrocosmos en donde este encaja', explica la curadora.

Es a partir de ahí, de las relaciones intrínsecas entre el micro y macrocosmos que concibe Barrios, que Sáez de Ibarra plantea en esta retrospectiva asociaciones inéditas entre las piezas incluidas, obras aparentemente disimiles que bien pueden ser minúsculas o de gran formato, dibujos o instalaciones. Se trata entonces, en palabras de la curadora, 'de una gran instalación, que es la exhibición en sí misma, que logra recrear el mundo de Álvaro Barrios'.

La exposición

En el segundo piso, se encontrarán entre otras piezas: El mar de las Malvinas, una instalación que presenta documentación sobre este conflicto; El martirio de San Sebastián, una instalación interactiva que se desarrollará a lo largo de la exhibición con la ayuda de los visitantes; una revisión de la instalación Ars Longa Vita Brevis, que incluirá cuatro pinturas de monjas coronadas de la Colección de Arte del Banco, y un amplio conjunto de Grabados Populares publicados desde 1972 hasta la actualidad, incluido aquel que circuló en 2008 a través del periódico Village Voice de Nueva York.

Por su parte, en el tercer piso se exhibirán los Sueños con Marcel Duchamp, una obra en la que Barrios se vale de recursos literarios; la serie Oración el Museo, sobre el peregrinaje que emprendió al Museo de Arte de Filadelfia para orar junto a las obras de Marcel Duchamp, y las instalaciones El pequeño gran vidrio, Pasatiempo con luz intermitente, La rueda de la compensación universal y el Centro de Investigaciones Síquicas, que incluye archivos, documentos y obras relacionadas con las prácticas espiritistas del artista.

'Vale la pena resaltar que la apropiación hace parte fundamental de la visión del arte en Álvaro Barrios. De esta manera en la mayoría de sus piezas no solo involucra obras ya hechas por otros artistas, sino también objetos-imágenes de la cultura misma. En su juego de apropiaciones trae a colación obras de Duchamp, además de introducir en sus trabajos hitos e imágenes de la historia del arte, incluyendo en todo ello iconografías de la historia de la cultura popular como superhéroes; tipografías, estética y otros recursos de las tiras cómicas, y hasta canciones (imágenes sentimentales de la memoria colectiva)', puntualiza la curadora.

Un Grabado Popular de Álvaro Barrios podrá ser suyo

En el transcurso de la exposición, uno de los Grabados Populares de Álvaro Barrios se publicará en un periódico de circulación nacional. Así mismo otro estará disponible para descargarse gratuitamente a través de la página web oficial de la exposición (www.banrepcultural.org/alvaro-barrios). En enero de 2014, en un evento que se anunciará con anticipación, el artista firmará gratuitamente todos los grabados de esta serie que sean traídos por los visitantes al Museo de Arte del Banco de la República con motivo del lanzamiento del catálogo de la muestra.

Sobre Álvaro Barrios (Barranquilla, 1945)

Álvaro Barrios realizó su primera exposición individual en 1966 en Bogotá. Desde aquel entonces, ha desarrollado una propuesta artística cuyas referencias e intereses han permanecido consecuentes y en constante vigencia hasta el día de hoy. Es definitiva la pasión por el dibujo que manifestó desde que era un niño cuando copiaba ilustraciones y anuncios, que además complementó con posteriores estudios en arquitectura y bellas artes en su Barranquilla natal y en la Universitá Italiana per Stranieri de Perugia, Italia.

Resulta decisiva para el curso de su carrera artística la afición que, durante su adolescencia en Barranquilla, desarrolló por tiras cómicas como Dick Tracy, Red Ryder o Superman, con las cuales afianzaría simultáneamente su gusto por la gráfica y por la literatura. Así mismo estableció contacto con el grupo de escritores e intelectuales denominados nadaístas, defensores de un pensamiento de ruptura que cuestionaba y estremecía los órdenes establecidos por instituciones políticas, religiosas y culturales. A esto se le suma su particular interés por las experiencias místicas, el espiritismo y las imágenes oníricas, fomentado por la literatura surrealista, y el cabal conocimiento de la historia del arte que cultiva desde sus estudios en Perugia y Venecia en 1968. Además de concentrar todos estos intereses en un proyecto de creación artística, los ha aprovechado también en el campo de la investigación, la docencia y la curaduría.

Ha sido premiado en diferentes eventos de arte, entre ellos, la I Bienal de Buenos Aires en donde obtuvo el Premio Latinoamericano de Pintura e Instalaciones en 2001, y en la IX Bienal de Tokio, Japón, donde recibió la Medalla de Oro. Algunas de sus obras hacen parte de colecciones públicas tan reconocidas como la del Museo de Arte Moderno de Nueva York, el Museo de Arte Latinoamericano de Washington y la Colección Daros Latinoamérica de Rio de Janeiro.