El caso del escultor José Ramón Anda es singular curioso en el panorama de la escultura contemporánea. Aunque le rodea la aureola de un enorme prestigio desde los años setenta, sobre todo en el País Vasco, donde ha ganado los premios más prestigiosos y ha expuesto en múltiples ocasiones -la crítica solvente no ha dudado en afirmar que “es el mejor escultor vasco vivo de su generación”- todavía le persigue la oscuridad de un reconocimiento insuficiente y parcial en el resto del Estado.

Perteneciente a una generación posterior a la de los grandes escultores vascos como Oteiza, Chillida y Mendiburu, quienes manifestaron su admiración por la obra de Anda, el trabajo de Anda se ha presentado fragmentariamente y en contadas ocasiones fuera del País Vasco, a pesar de que sus exposiciones han sido verdaderos acontecimientos y lo han convertido, muy ... a pesar suyo, en un artista casi de culto.

Desde finales los años setenta, su trabajo parte de dos supuestos formales: la exigencia de la forma pura y nítida y la continuidad espacial de Max Bill. Anda es también deudor de una tradición familiar, –su padre fue un ebanista y tallista de primera magnitud-, de la búsqueda analítica del escultor Oteiza y de la honradez de los procesos de Eduardo Chillida, además de toda la influencia italiana (Premio de Roma en 1975) de primera mano, que para Anda no se acaba únicamente en el mundo de los Maestros de la escultura de todos los tiempos, sino que abarca incluso hasta el diseño y la arquitectura contemporáneas.

Sus obras, sin embargo, tienen una voz propia inconfundible. Desde el principio, conducen al espectador, como pocos escultores lo han conseguido, a la mente y a los sentidos, con una multiplicidad extraordinaria de preguntas e incluso al hedonismo.

La exposición ANDA. Los límites de la materia, estructurada en diversos ámbitos de trabajo: Maquetas; Troncos vacíos; Intervalo; Expresividad; Hacia arriba; Esculturas-mueble; Planos cruzados y Jugando con la geometría, presenta treinta y ocho obras pertenecientes a los últimos años de la producción del artista. Realizadas en su mayoría en madera, van desde el abstracto experimental con fuertes raíces geométricas hasta la escultura-escultura, pasando por la construcción del mueble, la figuración e incluso la arquitectura. Las obras expuestas provienen de colecciones públicas y privadas, además de las últimas obras realizadas para esta exposición.

Cabe destacar la exhibición, por primera vez, del espectacular conjunto de casi quinientas maquetas realizadas durante más de treinta años de trabajo, que se encuentran en su taller-laboratorio de formas y que son el archivo abierto del escultor.

ANDA. Los límites de la materia es sin duda la más exhaustiva exposición dedicada al artista hasta hoy en el Estado español. José Ángel Sanz Esquide, arquitecto y profesor de la Universidad Politécnica de Cataluña, ha sido el responsable de seleccionar y revisar las obras que conforman este proyecto.