Silencio. Después un instrumento de una orquesta comienza a emitir sonidos. Algunos más le siguen. Pronto, todos los instrumentos ensayan algunas melodías. Surge un sonido que es a la vez caótico y melódico. El sonido se acerca silenciosamente a los instrumentos. Oímos la sutil fricción del arco sobre las cuerdas y de los dedos de los músicos deslizándose sobre las mismas, pero también el crujir de sillas, la respiración, el rozar de la ropa.
Se trata de Afinando (Warm-Up), una instalación sonora inmersiva que se centra en el sonido caótico que emite una orquesta cuando los músicos se concentran para afinar sus instrumentos.
Afinando introduce al público en el espacio íntimo que existe entre el músico y su instrumento. Gracias a esta proximidad, la instalación se vuelve más sensorial, es decir, pretende alcanzar no sólo el oído del que escucha, sino también su sentido del tacto. Entonces se oye un La y...todos los instrumentos se afinan. Al final del bucle, todos están en el mismo tono. Si bien este sonido es común a todas las orquestas, nunca es el mismo.
Con esta instalación Andrée-Anne Roussel pretende llamar la atención de los oyentes sobre este sonido que, aunque podría percibirse como un sonido vulgar (no musical), tiene una gran armonía y, en su opinión, es muy conmovedor. Representa también el primer contacto del público con la orquesta antes de un concierto. Un sonido que nos sorprende, prepara nuestro oído para lo que se avecina y descubre la acústica de la sala. Interesarse por ese sonido es también interesarse por la resonancia y el timbre de los instrumentos, más que por la partitura que interpretan o las melodías que emanan de éstos.
Afinando es un proyecto desarrollado la artista canadiense Andrée-Anne Roussel durante su residencia en el LABoratorio de Sonido, en el marco del acuerdo firmado entre LABoral y Avatar, centro de Quebec (Canadá) especializado en el arte sonoro y electrónico.
Entrada actualizada el el 09 oct de 2015
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