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Antoni Clavé Nació en Barcelona en 1913 y murió en Saint-Tropez en 2005. Fue en su ciudad natal donde desarrolló su formación artística coincidiendo con el final del modernismo. Sus comienzos como dibujante fueron excelentes y pronto se convirtió en un talentoso diseñador de carteles cinematográficos, donde queda patente su influencia de las vanguardias, desde el cubismo hasta el futurismo, pasando por el expresionismo y la estética del diseño gráfico. Clavé, marcado por la Guerra Civil se exilió a Francia, donde descubrió la litografía y los grabados, campos que más tarde le abrirían las puertas al mundo editorial y que harían de él un conocido ilustrador. Sus publicaciones Carmen de Merimée o La Dama de Picas ... de Pushkin son ejemplos de este hecho.

En 1942, su amistad con Picasso supuso que durante algunos años dedicara su trabajo a los géneros de pintura tradicionales (bodegones, paisajes y retratos) y a partir de 1954 decidió dedicarse por entero a la pintura. En ese momento introdujo en su obra una iconografía medieval de plasticidad convincente: reyes barbudos, reinas inalcanzables y figuras antropomórficas con un poderoso significado. Este también fue un período de descubrimientos y recuperación de los materiales plásticos. Clavé se convirtió en un experto en texturas, pigmentos y sus derivaciones visuales, que en función de la luz se transformaban en una atmósfera etérea, siempre en oposición formal a los ritmos pictóricos.

En 1956 Antoni Clavé dio prioridad a la escultura, técnica que vislumbró a principios de los años 30 a través de una magnífica secuencia de objetos vivientes con un aire surrealista (Homme au Monocle, Telephone, etc.). Sin embargo, el salto desde el 'assemblage' hasta el 'collage' supuso un nuevo enfoque pictórico que va más allá de la mera corrección técnica. Los collages de Clavé siempre responden a un estricto esquema expresivo, acercando su obra al informalismo. Actualmente, se considera que este fue el período de máxima excelencia de Clavé. Representó a España en la Bienal de Venecia en 1984 con una exposición individual y le fue otorgado el Premio Internacional de Grabado en la misma galería que el próximo enero acoge su obra.