El Centro de Arte La Regenta presenta Antropología exposición individual del artista lanzaroteño Nicolás Laiz Placeres, que reúne una colección de cincuenta reproducciones de cráneos humanos que han sido realizados con resina transparente y plástico reciclado que el propio artista ha recuperado de las costas de las islas Canarias.
Esta pieza reflexiona sobre el residuo plástico marino como subproducto de la cultura global humana que ha llegado a convertirse en parte de la naturaleza así como con la comercialización de restos bioantropológicos del siglo XIX como souvenir de lujo entre los primeros visitantes ilustrados de las Islas Canarias.
El artista Avelino Sala, inspirado por la obra de Nicolás Laiz escribe el siguiente texto títulado Contra Tánatos. Una nota sobre “Antropología”, una obra de Nicolás Laiz Placeres:
«El trabajo de Nicolás Laiz Placeres se centra en el cuestionamiento del ser humano en su relación con su contexto insular y con la extraña naturaleza de...la isla que habita.
A través de diversos procesos de recolección de microplásticos y de residuos depositados en las playas y costas de Lanzarote, el artista desarrolla un trabajo escultórico que, en realidad, es una llamada de atención sobre el desbordamiento que padece nuestro entorno, mientras deja en evidencia la falta de una mentalidad ecológica del ser humano. Una ausencia de sensibilidad y rigor con nuestro planeta y nuestras opciones de supervivencia.
Si la antropología es la ciencia que estudia al ser humano de una forma integral, sus características físicas como animales y su cultura (único rasgo no biológico), aquí el artista nos presenta una vertiente contemporánea de esta ciencia que estudia los cráneos construidos por él mismo, aquellos que, a pesar de no tener un origen humano, contienen reminiscencias de su condición. Una suerte de estudio del ser humano en un tiempo inventado que nos dirige directamente a los cráneos aborígenes canarios o, quizás, a los cráneos de un futuro posantropológico, un tiempo en otro lugar que aun no hemos definido. Cráneos de una civilización que aun no ha ocurrido.
Temas tan diversos como el turismo sin control, la ciencia y la magia, lo real y lo ficticio, toman forma escultórica y aparecen en estos análisis de lo pasado y en una prospección hacia un futuro lleno de incertidumbres, con una mirada intuitiva y distópica, inquietante y extraña. Una mirada hacia donde ya nadie mira, hacia un (futuro) vacío infinito generado por nosotros mismos.
Cuando lo obsesivo por formalizar en escultura aquello que nos inquieta conforma una pieza de cincuenta calaveras que, finalmente, se bunkerizan en un metacrilato antibalas, todo es posible. El vestigio antropológico para un futuro acerca de un pasado que aun no ha existido nos lleva a un no lugar que quizás podría ser la heterotopía foucaltiana.
En última instancia esta pieza de Nicolás Laiz es puro “sentimiento oceánico”. Una llamada a la vida, un ejercicio de reconversión de los símbolos, pero sobre todo un ejercicio escultórico capaz de transformar el entorno en arte a través de la recolección de lo que contamina y posterior transformación de eso en algo discursivo, que nos habla de todo menos de la muerte, porque su trabajo esta alineado a favor del futuro y contra Tánatos. De eso no tenemos ninguna duda».
Entrada actualizada el el 15 mar de 2024
¿Te gustaría añadir o modificar algo de este perfil?
