La exhibición crece como un poema largo, cruces internos y ritornellos que van y vuelven, rimas y alteraciones que se repiten y que abren la complejidad de su sentido en el avanzar del espectador por la sala. Apelando al modernismo como posibilidad utópica, se nutre de un espíritu lúdico, por ende crítico, que acompaña cada serie.
Al utilizar el video y la fotografía como herramientas metodológicas, Legón se permite abordajes breves, reflexiones que traccionan tanto sobre la esquizofrenia propia del capital como en su posición discursiva, instalada en los medios de comunicación masivos, un decir arborizado, casi sin centro, con el cual reinstalar las siempre esperanzadoras apostillas del collage (eso que por ley no debe juntarse) y su disrupción política. Porque si es cierto, como afirmó Ballard, que la publicidad secuestra al mundo (y señalemos que para él la política no era más que una de sus ramas), queda entonces para...el arte la posición de secuestrar a la publicidad y hacerle reflejar su cara no vista, el poder de mostrar el lado oculto de su luna.
Entrada actualizada el el 15 sep de 2021
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