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La vida en las pinturas de Sanmann muy raramente tiene lugar en el universo tridimensional con el que estamos familiarizados; más bien, sucede todo en el espacio formado por (o dejado libre por) los planos y superficies circundantes. Como si esos planos y superficies se hubieran colocado conscientemente alrededor de las figuras a fin de proporcionarles espacios que les permitan llegar a existir. De este modo cada figura o grupo de figuras ocupa su propia esfera, su propia área protegida, su mundo ' sin, normalmente, ningún trazo de 'Naturaleza'. El 'espacio' es un espacio artificial, uno intelectual. ... Y permanece deliberadamente bidimensional, sólo las capas de la pintura buscan algún tipo de profundidad, conduciendo casi a una 'cuarta' dimensión a través de la omisión de la tercera. Las capas, por sí mismas, cuentan su propia historia, como en un palimpsesto, las más antiguas suben a la superficie y permanecen 'legibles' bajo la capa superior' sin embargo, a diferencia del caso de los viejos pergaminos, es algo deliberado. Tan ambiguos como las capas de pintura, los ingeniosos títulos abren las puertas a temas variados y, en sus significados de múltiple lectura, impiden una lectura simple y conclusiva de las obras.