(...) En esta exhibición, se presentan cuatro objetos e igual número de pinturas de Héctor Medici que tienen por título Brumaire, Pluvióse, segundos meses del Otoño y el Invierno, Germinal y Messidor, los primeros de la Primavera y el Verano, utilizando los nombres con los cuales se los denominaba en el Calendario Republicano Francés, aprobado en 1792 y dejado de utilizar en el año 1806 por disposición de Napoleón, quien desde dos años antes ostentaba el título imperial. La Serie Calendario está integrada por doce pinturas que muestran cuerpos geométricos tridimensionales huecos, donde se encuentran objetos diversos y seres humanos. En estas maquetas y pinturas, el artista ha utilizado diferentes materiales y técnicas para presentar sus reflexiones sobre el transcurrir del hombre.

La obra Otro jardín muestra, sobre un fondo de color azul, una estructura compuesta por polígonos irregulares, construidos ... por la aproximación de paralelepípedos de color verde. Sobre esta imagen, el entrecruzamiento de diversas líneas curvas crea formas lanceoladas de diferentes tamaños y transparencias. Esta superposición de tramas sirve de soporte para una gesticulante pareja, pintada en tonos rojos. Esta obra puede ser interpretada como el momento en el cual el hombre está a punto de abandonar el jardín ideal. La importancia de lo onírico se manifiesta en Las razones del sueño, con su referencia a Goya y Canto de sirenas donde las referencias a Buenos Aires y al barrio de Belgrano proponen un apasionante encuentro con seres monstruosos escondidos en un plano de la ciudad.

(...) Las otras cuatro realizaciones exhibidas de Ernesto Pesce han sido concebidas en acuarela y tinta sobre papel. Entre las que forman parte de la Serie La Deriva, se ha elegido la denominada Siete días en la vida del fundidor de campanas Balthazar Neumann (1687-1740), y la denominada Veintisiete días en la vida de Nicóstrato, cantero de Diocleciano, Danubio medio, Masón y Mártir Coronado (230-287).

La primera tiene como protagonista a un joven aprendiz ascendido luego a operario de una fundición y que pudo más tarde adquirir conocimientos para desarrollarse como ingeniero, arquitecto y profesor de matemática en la Universidad. Trabajó para los Schönborn, príncipes-obispo de Würzburg, para quienes realizó fortificaciones, obras hidráulicas, puentes, palacios e iglesias.

La segunda se inspira en una compleja leyenda, que incluye dos narraciones de martirios. Uno de estos relatos habla de Nicóstrato, quien junto con Claudio, Sinforiano y Castor eran destacados lapidarios en las canteras de piedra de Panonia, al servicio del emperador Diocleciano. Todos ellos fueron martirizados y muertos cuando se negaron a realizar una estatua de Esculapio-Asclepios, considerado a la vez héroe y dios de la medicina, y a adjurar de su fe cristiana. El otro traslada la acción a Roma donde el mismo gobernante ordena erigir un templo a dicho dios, que debía ser venerado por sus soldados pero cuatro de ellos se negaron por ser cristianos y fueron azotados hasta morir. Melquíades, pontífice entre 310/1-314, identificó a los soldados muertos con los canteros mártires de Panonia e inició en Roma, según la tradición, la construcción de una iglesia dedicada a los Cuatro Santos Coronados para depositar sus cuerpos y los de otros mártires. En ella también se ubicaron sus reliquias (sierra, martillo, mazo, compás y escuadra) y las imágenes de la corona, símbolo del martirio, y del perro o lobo, que defendió sus cadáveres hasta su sepelio. Sin embargo, estos soldados fueron más adelante identificados como los Cuatro Mártires de Albano.

Estas leyendas recorrieron Europa y fueron aceptadas, según ciertos relatos, por los canteros (steinmettzen) germánicos en el siglo XII e invocados como santos protectores en El Manuscrito Rojo (1390), antiguo documento masónico, y en el Estatuto de los Canteros Alemanes (1459), constitución de los canteros 'jura-dos' de Ratisbona. Estas dos acuarelas, realizadas con variados matices, muestran un paisaje donde se ubica, en posición dominante, una iglesia en construcción, emplazada sobre una cuadrícula y conectada por medio de una red de puntos, que expresan los distintos recorridos de los protagonistas, guiados por la fe, la razón y la técnica, para realizar las obras encomendadas.

El otro par de obras elegidas corresponden a la Serie Algunos caminos conducen a la fortaleza-La muralla china y tienen por título El Emperador Shih Huang Ti (259-210 a. C) construye la muralla china y manda a quemar las bibliotecas para que la historia comience con él. El conjunto se inspira en un cuento de Jorge Luis Borges llamado La muralla y los libros, originalmente publicado en La Nación (22-10-1950), donde el escritor luego de reflexionar sobre las acciones del Primer Emperador señala que '...podríamos inferir que todas las formas tienen su virtud en sí mismas y no en un 'contenido' conjetural'.