Asier Mendizabal es uno de los artistas vascos de la nueva generación que mayor atención presta a las relaciones entre forma, discurso e ideología. Su práctica puede ser descrita como una crítica de la ideología a partir de la puesta en escena de las estructuras que le dan forma. A través de los campos expandidos del arte, la música rock, el cine, la política y la teoría, su mirada sobre las estructuras sociales le lleva a esbozar un mapa de la totalidad de las relaciones de producción. Este acercamiento multidisciplinar y transversal de Asier Mendizabal toca de lleno en las dificultades de representación de lo político así como en los huecos entre la actividad artística y el “inconsciente político” presente en las producciones culturales, manifestaciones de lo colectivo y movimientos de masas.

Dos son las estrategias clave en su método. La ... primera es una investigación de análisis del signo como significante mediante manipulaciones gráficas y escultóricas que desvelan la ideología oculta en la forma. Aquí, el artista utiliza materialidades que remiten a modos de hacer populares y al bricolage urbano, así como a momentos clave donde la cristalización de la simbología política se cruza con las subculturas del punk, el rock o el hardcore.

El segundo método consiste en un tratamiento documental cercano al cinéma vérité y a cierto realismo fotográfico, retratando diversas manifestaciones de folklore, colectividades y representaciones del paisaje social, o el pueblo como enclave atomizado. Un ejemplo de ello es el documental Goierri Konpeti (2002), realizado en colaboración con Iñaki Garmendia. Géneros de representación como los documentales de rock, el cine político de ficción o el fotoperiodismo no escapan a sus métodos de trabajo, como tampoco la formalización escultórica. Existe en Mendizabal una voluntad de unir trabajo manual con trabajo inmaterial, o intelectual, para a continuación vincularlos a las políticas del deseo que moldean las subjetividades individuales dentro del grupo, el colectivo y la comunidad. Su trabajo nos trae una lectura renovada del contexto social, político y cultural del País Vasco en la actualidad. Esta exposición en el MACBA recoge a su vez obras «post-formalistas», como documentales en un montaje dialéctico que vincula las partes con el conjunto.