En su segunda exposición personal en China, bajo el nombre de Bestiario, Carlos Garaicoa reúne una serie de instalaciones de pequeño y gran formato, donde el artista mantiene muchos de los intereses esenciales en su trabajo: una crítica al urbanismo, una mirada sobre la arquitectura, sobre la transformación de la ciudad, sobre la fragilidad de ese ecosistema que es la urbe contemporánea, un diálogo constante con el contexto político-ideológico de los lugares que visita. Bestiario remite a esos compendios populares de bestias y animales extraños surgidos en el medioevo, y que, en este caso, Garaicoa presenta como su propio compendio de esas creativas intervenciones citadinas que muestran extrañas criaturas y monstruos que aparecen entre las ruinas de la ciudad contemporánea.