La exposición se compone de un total de 15 esculturas suspendidas y realizadas a base de elementos vegetales: hojas de palmito, de helecho, de lunaria, de sauce; vainas de alverjilla, de agapanto, semillas de avena, pétalos de Nigella Orientalis y musgo.

Las esculturas se distribuyen por el espacio de la galería un bloque de 7 obras y 1 instalación de la serie 'Morada de aire', perteneciente al periodo 2010/2010. Son esculturas que se caracterizan por la vibración y fragilidad adoptando formas y volúmenes que han ido evolucionando hacia formas complejas y que remiten tanto a universos estelares (macrocosmos) como al mundo celular (microcosmos).

En la instalación que nos recibe al llegar, realizada con hojas de palmito blanqueadas - por primera vez en el trabajo de la artista - y con unas medidas de 200x200x200cm., el espectador se puede ... cobijar, adentrar físicamente en la escultura.

Además presenta 6 obras de la serie titulada 'Suite', realizadas en los años 2010/2012. Son piezas hechas a modo de partituras ondulantes inspiradas en ritmos musicales; ya que este término musical define una composición con partes independientes, aunque con cierta unidad. La artista ha distribuido un grupo de ellas, relacionándolas, a lo largo de la pared principal de la galería a modo de una rapsodia de 'música callada'.

Al fondo del espacio de la galería, se despliega una obra perteneciente a la serie 'Juncos del recuerdo'(2002), como resumen de su obra anterior, más cercana a la experimentación textil plana. En ella, los entramados se van haciendo más abiertos y ligeros, empleando juncos y cañas, y las proyecciones y sombras dibujan, ocupan el espacio, integrándose en la obra.

La exposición está construida sobre un permanente juego de paradojas:

Por un lado, la que se da entre el orden y rigor de la geometría con la apariencia caótica de lo orgánico, por otro, porque enfrenta sugerencias de constelaciones y nebulosas con las delicadas retículas de mundos microscópicos, también, porque contrapone la gravedad de los volúmenes con la ligera densidad de sus estructuras, finalmente, porque se diría que intenta detener el tiempo, fugitivo por naturaleza, con el destello instantáneo de la revelación.

María Cueto (Avilés, 1960), reside y trabaja en el País Vasco.

Se inicia en el aprendizaje de técnicas textiles y realiza diversos cursos de tapiz, pintura, cerámica y serigrafía en Asturias, Madrid, Barcelona y Arteleku (Donostia).

Se gradúa en Diseño Gráfico en la Escuela de Arte de Oviedo (1989).

Obtiene varias Becas de la Consejería de Cultura del Principado de Asturias (Años 1990/1994).

Destacamos de sus exposiciones las realizadas en:

Museo Antón de Candás, Palacio Aramburu de Tolosa, Pabellón de Mixtos de la Ciudadela de Pamplona, Palacio de la Paz de Aiete, San Sebastián.

Instalaciones:

Árbol de Sueños en la Capilla del Museo Barjola de Gijón (2004), Gaia en el Horno de la Ciudadela de Pamplona, (2006) y Morada del Aire en el edificio del INE de Madrid (2007).

El año 2010 la galería Guillermina Caicoya de Oviedo ha presentado su obra en las Ferias de Arte de Santander y Lisboa.

Esta es su primera exposición individual en Oviedo.