El Centro de Arte Faro de Cabo Mayor (CAFCM), dependiente de la Autoridad Portuaria de Santander, mostrará, a partir de mañana sábado y hasta el próximo 15 de mayo, la exposición “Cala Ricardo” de la artista cántabra Tamara García. Un proyecto que reúne una selección de imágenes, archivos fotográficos, documentos y un mapa a escala 1:20.000 sobre una pequeña ensenada, conocida como Cala Ricardo, situada en la frontera noroeste del municipio de Santander.
El presidente de la Autoridad Portuaria, Francisco Martín, que ha visitado ya la exposición junto a la autora, ha destacado que sobre la muestra “sobrevuela el espíritu de tres personas”, el de la propia Tamara García, el de su padre, Ricardo, a quien ella dedica este trabajo como memoria a su activismo “en el cuidado y la protección de un pedazo maravilloso de la costa cántabra” y el de la botánica británica Anna Atkins, autora del primer libro...de fotografías.
Por su parte, Tamara García ha resaltado también el hecho de que haya querido hacerle un homenaje tanto a su padre “puesto que era quien cuidaba de esta cala” como a Atkins “primera persona en hacer un libro de fotografías en el que utilizó, además, la técnica del cianotipo”, que es, precisamente en la que se basa la autora en esta exposición.
La cianotipia es una de las primeras técnicas fotográficas, basada en el contacto o en la copia directa de un negativo con la que se obtienen copias en color azul de Prusia, dada a conocer por la botánica británica Anna Atkins (1799-1871) en el que hoy se considera el primer libro de fotografía (British Algae: Cyanotype Impressions), publicado en 1843. Este procedimiento monocromo le permite generar imágenes de un azul intenso y profundamente simbólico, con el que evoca la labor de su padre, el pintor Ricardo Chanete (1943-2020), que fue centinela de este tramo de costa como miembro del programa europeo de vigilancia del litoral Coastwatch –la propia artista también forma parte de este proyecto– y que, durante años, estuvo cuidando, limpiando y acondicionando esta cala. Curiosamente, Anna Atkins también dedicó su primer libro a su padre.
Tamara García recolecta y analiza el entorno geológico al tiempo que profundiza en su propia memoria. Como hiciera Anna Atkins hace prácticamente dos siglos, recoge muestras de la vegetación marina que descubrió junto a su padre, particularmente las algas (calocas, lechugas de mar, brochas de afeitar, espárragos de mar, musgos, cerebritos, anémonas, luminarias y algas de esponja que, según Ricardo, “saben a percebe”), así como las conchas, maderas, hojas, plumas, pelos y restos de animales que salpican este pequeño hábitat, pero también los tapones, films alveolares, lágrimas de sirena o pellets y todo un repertorio de microplásticos que identifican el rastro que el ser humano ha ido dejando en el paisaje.
Entrada actualizada el el 21 mar de 2022
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