Francisco Cánovas, creador de una pintura introspectiva e intimista, pasa por ser uno de los artistas más interesantes y sugestivos del panorama pictórico español actual. Sus cuadros, vivos y mágicos, reflejos de una infatigable y multiforme búsqueda interior, proponen al espectador el paradigma de lo real como autoconocimiemto objetivado, o dicho de otro modo, de lo real como prueba manifiesta de una ascesis que tiene como objetivo primordial el hallazgo de lo esencial de cada uno. Cánovas, fiel siempre a esta exploración del ser y sus atributos, ha creado, en esta exposición y a lo largo de sus cuarenta años de carrera, e independientemente de estilos y variantes estéticas, una pintura sincera, alerta en todo momento al peligro de posibles injerencias postizas y no personales, y capaz, por tanto, de sostenerse por el peso de su propia autenticidad.

... style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt">SYMPHONIE EN CLAIR-OBSCUR MAJEUR

Sobre la soledad espacial, la soledad espaciada y mineral. El humedal solitario de la tierra antes del alba, bajo la celeste sombra, todavía oculta la luz. Asentamiento, espacio y movimiento: descenso, ascenso, evolución, renovación del fuego y del mar permanentes, ocultos y presentes. Resurrección del color en variación continua, informe y multiforme. Preludio quedo, en la abstracción de un escenario de facetas infinitas, al que se van añadiendo notas suaves y violentas, formándose así el corazón del interludio oscuro y luminoso.

La sinfonía no tiene, no tendrá nunca una conclusión. Va engrandeciéndose a partir de coloraciones primeras y radiaciones puras, tempranas, de sombras y luces prístinas, espontáneas y concertadas por el azar y una mano determinante.

Eclosión sin fin, sin fin concreto: azul de marino seno aliado a rojo tormentoso, en la despedida del ocaso; blanco oculto detrás de cada presencia no visible o colorida, en la espumosa ola, en un fragmento de cielo, que acepta la cercanía de un denso negro de escorial nocturno; violados de sombras tenues acercados a amarillos en el inicio horizontal; marrones y ocres terrestres, con verdes y grises naturales, ocupan la partitura circular que se agranda sobre sí misma. Fragmento universal, contenido en un todo incalculable.

Y vuelta a la soledad espaciada, que sobre la soledad silente es un susurro y añade a la música pigmentada su argumento: Camino a lo esencial… Bajo las celestes oscuridades y fulgores recientes, la figura solitaria de su demiourgós Francisco Cánovas: subiendo la colina, barrida por la brisa del atardecer invernal; sumado, como otro elemento de concorde contraste, al paisaje ascendente, a su queda Sinfonía en claroscuro mayor.

SOREN PEÑALVER. Poeta, Crítico Literario y Crítico de Arte