La Galería de Arte Cristóbal Bejarano inaugura, el viernes 10 de mayo de 2019, la primera exposición individual en esta galería del artista José Manuel Albarrán Pino (Bollullos del Condado, Huelva, 1967). Grado en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla y Técnico Superior en Artes Plásticas y Diseño, Escuela de Arte de Huelva. Beca de Paisaje de la Fundación Rodríguez Acosta, Granada.
Ha realizado exposiciones individuales en Granada, Reus, Gibraleón, Mairena del Aljarafe y en Huelva entre sus exposiciones colectivas destacamos las realizadas en Mértola (Portugal), en México, en Tarragona, Huelva, en Ciudad Real o en Castellón. Su obra ha sido galardonada en certámenes de pintura y escultura entre los que destacamos el Primer Premio en el V Premio Nacional de Pintura Camarote Madrid de León, Primer Premio de Escultura de San Bartolomé de la Torre (Huelva), Primer Premio del Cercle de Belles Arts de Lleida o el Primer Premio...en el LXII Concurso Internacional de Pintura de Paisaje de Alcalá de Guadaira (Sevilla).
En esta exposición, bajo el título de “Cartografías 33", José Manuel Albarrán Pino nos presenta un conjunto de obras, resueltas con óleo y técnicas mixtas sobre lienzo, cuya temática es el paisaje. Un paisaje expresado a partir de un análisis conceptual del mismo, de su morfología, de la luz y el sentimiento del artista, de sus emociones, sus visiones personales al enfrentarse al paisaje, a esas amplias panorámicas que representa.
“Cartografías 33”, nace como proyecto de la Beca de Paisaje de la Fundación Rodríguez Acosta (Granada) concedida en 2014, la cual contribuiría al desarrollo en el proceso de investigación sobre el paisaje y más concretamente el que ofrece Granada. Después de esta experiencia en Granada ha continuado su trabajo artístico manteniéndose fiel al género del paisaje como representación plástica basada en su experiencia cognitiva.
La cartografía y el arte siempre han estado muy relacionados, los cartógrafos han realizado mapas que hoy podríamos llamar arte. Artistas como Holbein el Joven, Alberto Durero o el mismo Leonardo da Vinci hicieron mapas. La Edad Media fue un periodo especialmente importante, los mapas medievales son auténticas creaciones artísticas. Es en el siglo XVI cuando los mapas consiguieron el reconocimiento científico y también empiezan a ser considerados como objetos que sirven para soñar con territorios desconocidos y con viajes lejanos, algo de eso es lo que intenta José Manuel Albarrán con sus paisajes, mostrarnos vistas amplias de territorios a modo de mapas pero tamizados por su visión personal.
Hasta el siglo XVI el paisaje en pintura había sido considerado un género menor, era concebido como el fondo o escenario donde situar las figuras, y fue a partir de este siglo cuando las diversas escuelas paisajistas, especialmente la holandesa, comenzaron a darle un sentido y una vida propia como género. Hoy, gran parte del paisaje contemporáneo es deudor de una concepción romántica de relación con la Naturaleza, en la que tan importante es intentar captar los aspectos físicos o la incidencia de la luz en los mismos como el sentimiento del artista y sus emocionales al enfrentarse al paisaje. José Manuel Albarrán se sitúa entre estos artistas para los que un paisaje debe ser un lugar, un territorio humanamente sentido. Como decía Henri- Frédéric Amiel “Cualquier paisaje es un estado del espíritu”.
A partir del análisis de la morfología de los elementos físicos de los paisajes, de todo aquello que forma el paisaje como tal, y el paisaje cultural, es decir, el paisaje intervenido por el hombre, nos presenta unas pinturas producto de su reflexión sobre paisaje y territorio, tamizada por la emoción que provocan unas imágenes panorámicas en las que podemos observar algunos elementos característicos del lugar como montañas, llanuras con vegetación o sin ella, agrupaciones de casas o diseminadas en el paisaje... Todo ello resuelto con una gran libertad, con un trazo muy fresco y expresivo, las construcciones se resuelven con unas pequeñas pinceladas de diferentes colores, más o menos vibrantes, que contrastan con otras más amplias para expresar determinadas extensiones de terreno. El uso del collage es muy importante en el resultado final de muchas de las obras, esa ruptura que provoca la incorporación de papeles a la superficie pictórica hace que las obras se acerquen más a la abstracción, jugando con diferentes tipos de papeles unos opacos y otros traslúcidos consigue en algunas obras unos interesantes efectos de transparencias a modo de veladuras que enriquecen la pintura. Estamos ante un tipo de representación figurativa que se sitúa en algunos momentos en los límites de la abstracción, apenas algunos elementos de las mismas nos hacen identificarlas con representaciones paisajísticas. Son paisajes evocadores, en los que la libertad en el uso del color y la expresividad de los trazos configuran unas obras de una extraordinaria belleza estética.
Rafael Cerdá
Imágenes de la Exposición
José Manuel Albarrán Pino, Cartografía de un paisaje. Óleo sobre tela 97x130 cm. — Cortesía de la Galería de Arte Contemporáneo "Cristóbal Bejarano"
Entrada actualizada el el 07 may de 2019
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