Esta exposición, con la que Galería Animal cierra su ciclo expositivo del 2022 y arranca un nuevo año, reúne a diez artistas chilenos de varias generaciones cuyas prácticas se despliegan a través de diversos medios y temáticas, desde la fotografía y el dibujo hasta la escultura y las artes gráficas. A partir de la exploración de materiales, y la construcción o evocación de narrativas tanto propias como universales, sus obras trazan, en conjunto, las diferentes rutas por las que el arte va transitando hoy.
En este recorrido sucinto, vemos cómo algunos artistas toman el papel como superficie para sus investigaciones. Cecilia Ariztía realiza delicadas composiciones abstractas en tinta que parecen envueltas en una atmósfera difusa, como si tratáramos de percibir formas concretas a través de una espesa niebla. La artista genera esta red de gradaciones tonales y transparencias con una técnica que demanda constancia y precisión.
A primera vista, Kika Mazry pareciera...también experimentar con composiciones abstractas sobre papel. Pero, tras una mirada detenida, vemos que su ejecución suelta de formas, manchas y líneas van conformando vistas cercanas de cúmulos. La nube es un elemento central en la investigación de esta artista, presentada también en esta exposición en registros fotográficos o acompañada de textos, como en sus series pictóricas No hay y Otro día.
De expresión ya abiertamente figurativa son los trabajos en papel de María Paz Vicens e Isidora Lackington. Ambas trabajan con aquel tipo de representación que da preminencia al objeto de estudio y a la técnica por medio de la repetición o serialización.
En el caso de Lackington, su interés está puesto en objetos cotidianos -porcelanas antiguas, cajas de fósforos-, que recrea a modo realista con lápices de colores. Centrados en la composición, su carácter lúdico y hasta nostálgico es realzado mediante la ausencia de otros elementos distractores. Al resignificar aquello que es simple y perecedero, pero cargado de contenido emocional e histórico, la artista rescata la memoria y la belleza de lo que solemos pasar por alto.
Vicens, en tanto, estudia de manera consecuente el universo de lo no-humano. Ilustradora, acuarelista y naturalista autodidacta, se dedica a catalogar flores, hojas y plantas, afiliándose así a una amplia red de estudiosos de la botánica en todo el mundo que han echado raíces en el campo artístico.
En las obras que presenta Isidora Villarino, la ciudad y el espacio urbano tienen un lugar preponderante. Su serie Ausencias/Presencias alude, a través del título, a la relación del ser humano con su entorno y los espacios que habita. La presencia de construcciones arquitectónicas ante la ausencia de sus moradores configura una especie de no-lugar con ribetes siniestros. Con su acabado juego de luces y sombras, de carácter cinematográfico, estas composiciones creadas con pigmentos sobre papel no solo invocan sensaciones de desolación y abandono, sino que ponen en evidencia la destreza técnica de la artista.
Fotógrafo comercial y director audiovisual, Juan Pablo Montalva desarrolla en paralelo un trabajo autoral que, en el caso de esta exposición, se materializa en una serie de Polaroids que se adentra en los vestigios del movimiento punk en la quinta región de Chile. Concón, Viña del Mar, Limache, Valparaíso y Quintero son las locaciones donde realizó estos punzantes retratos que exploran la contracultura y el comportamiento humano.
En Memory and Landscape [Memoria y paisaje], María Verónica San Martín usa la alegoría para crear un memorial conmovedor a las víctimas del que se considera el capítulo más oscuro de la historia reciente de Chile. El bombardeo al Palacio de La Moneda, los sangrientos ataques a un grupo desarmado, o la búsqueda de desaparecidos durante la dictadura de Pinochet son algunas de las imborrables escenas recogidas en esta serie, realizada con la técnica de xilografía, ampliamente utilizada en Latinoamérica como dispositivo político en el espacio público.
Los abusos de poder en el Chile contemporáneo están presentes en las indagaciones de Alejandra Prieto, que por años ha venido interpelando las políticas neoliberales en relación con el extractivismo y la expropiación de tierras mediante obras que, precisamente, emplean o aluden a los principales recursos minerales que se explotan en su país. Es el caso de su serie Los Alquimistas, una tabla periódica en la que la mayoría de los elementos que la componen -litio, magnesio, plomo, calcio, oro, plata, cobre- están pareados con el logotipo de las compañías responsables de su extracción y procesamiento.
Catálogo Imaginario II también incluye el trabajo escultórico de Diego Terán y Mariana Tocornal. Ambos trabajan con materiales y aproximaciones conceptuales distintas, un contrapunto que nos regala pistas sobre los distintos modos de concebir y releer la escultura en el Chile actual.
En las series que Mariana presenta en esta exposición prima el proceso de molde y seriado que, como cadena de reproductividad, va “degenerando” cada copia desde una primera réplica bastante exacta. Un desgaste similar al de nuestros recuerdos con el paso del tiempo que, para la artista, se relaciona estrechamente con la memoria, su fragilidad y plasticidad.
Terán, en tanto, establece una tensión formal y conceptual al trabajar con métodos y materiales industriales para crear piezas con formas orgánicas. En una serie alusiva al sol, el artista lo representa en su fase naciente, con la irregularidad de sus bordes mientras se descubre del horizonte, su superficie brillosa y espejada. La reflexibilidad es central en las esculturas metálicas de este artista. Al tiempo que el espectador examina y se mira en dicho reflejo, la obra ha quedado atrás para convertirse en un punto de vista nuevo hacia nosotros mismos.
Entrada actualizada el el 16 feb de 2023
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