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Qubo gas crea vegetaciones lujuriosas y coloreadas, paisajes oníricos que a menudo sugieren el refinamiento de la caligrafía o la estampa japonesa. Su trabajo es fruto de una creación colectiva, de un diálogo, a la manera de una improvisación musical.

Qubo gas emplea técnicas tradicionales, como el dibujo o la acuarela sobre papel, la serigrafía o el collage, en combinación con las técnicas digitales, la performance, la instalación interactiva, etc., fieles siempre, no obstante, a ... un singular universo gráfico. Una muestra reciente de su trabajo es Watercouleur Park, creado para el programa Net Art de la Tate Modern.

Las piezas seleccionadas para la exposición en el Espai 13, realizadas con técnicas distintas, reflejan su capacidad para sacar el máximo provecho de aquello que es característico de cada una de ellas, jugando a contrastar el trazo fino del rotulador y las delicadas tonalidades de la acuarela con las tintas planas de la serigrafía y los dibujos digitales, o el espesor de los sucesivos estratos de los collages con la factura lisa de los tirajes. La sensación de proliferación que se aprecia en los dibujos es igualmente visible en la instalación: un conjunto de carteles configuran un 'wall drawing', un papel pintado, que transforma el espacio expositivo en un paisaje ficticio.

También se presentan dos obras digitales, Uki-Yo y Shimmy Shimmy Grass, producidas por Le Fresnoy. En ellas se reencuentra la delicadeza poética de los dibujos, animada por la tecnología informática.