Para crear sus pinturas, Charlie Billingham recurre a fragmentos de imágenes de dibujos y bocetos históricos británicos. Se interesa sobre todo en los grabados satíricos de finales del siglo XVIII y principios del XIX, que en su mayoría se produjeron durante la época georgiana tardía y la Regencia. Al echar mano de imágenes de artistas como James Gillray (1756-1815), Thomas Rowlandson (1756-1827) y George Cruikshank (1792-1878), Billingham toma elementos y aspectos de las caricaturas originales y las re-imagina recortándolas, manipulándolas e incorporándolas como collage. Al hacerlo, las despoja en gran medida de su contenido político y narrativo original para crear sus propias composiciones, más ambiguas.
Billingham suele exponer sus pinturas con instalaciones donde utiliza grabados y textiles que evocan interiores decorativos caseros. Para la presente exposición, se pintaron a mano las paredes con sellos basados en acuarelas del propio artista. Una de las pinturas cuelga sobre un gobelino que él diseñó...y mandó elaborar en Bélgica. Las figuras de esa pintura miran hacia fuera del marco al campo gestural abstracto de los colores tejidos en el tapiz.
Entrada actualizada el el 05 feb de 2019
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