Artistas: Francis Naranjo y Carmen Caballero, Joaquín Sánchez, Juan Castillo y Juan-Ramón Barbancho.
Se utiliza para el título de la muestra la palabra “cruces” en la doble acepción del concepto, como entrecruzamientos de unos asuntos con otros, como entrecruzamientos, hibridaciones y “contaminaciones” entre la obra de los tres creadores y el teórico; y como signo y símbolo (también de ese entrecruzamiento que supone el arte colonial andino), así como para los europeos tiene un significado y para los americanos otro, pero aquí, en la América colonial, cada uno leía el signo de una manera diferente, y para todos tenía un significado "religioso". Si para los españoles era el símbolo y signo de la salvación, para los indígenas era la Cruz del Sur, una cosmogonía asociada al ñandú.
Por tanto, además de otras lecturas, el signo nos sirve desde varios puntos de vista, también como multiplicación, como la multiplicación del trabajo de...todos.
Naranjo y Caballero presentan Memoria y Atalayas. La idea que genera esta propuesta no es otra que la de reflexionar sobre el paralelismo entre sociedades y modelos a través de unos trabajos que relacionan la divinidad del individuo y la mística del pensamiento, acercándola a su fragilidad y anhelos.
La negación del 'alma' de los varones y mujeres nativos en el siglo XVI, hoy en día se viene transformando en la negación de su auto-determinación económica y cultural.
La condición humana como modelo de transformación, constructora del paradigma de los nuevos mundos, los u-topos. Es el individuo frente al infinito.
Juan Castillo Ritos de paso, un proyecto en el que el autor lleva largo tiempo trabajando, es una propuesta audiovisual y fotográfica, realizada en Chiloé y en el desierto de Atacama, que entrelaza diferentes historias con otras tantas imágenes. Creo que el punto de inflexión de la obra es Te devuelvo tu imagen, trabajado desde diferentes puntos del país, que abarcan un amplio espectro cultural.
Son obras creadas en y para un lugar específico que, más que un planteamiento cerrado, son un cuestionamiento para el espectador, sobre todo si nos preguntamos de qué imagen se trata.
Por su parte Joaquín Sánchez hace un trabajo más cercano al lugar: Islas (as). Este trabajo de campo se desarrolla en tres islas ubicadas en el lago Titicaca: Isla del sol, Isla de la luna e Isla Paríti. El objetivo es encontrar un hilo conductor desde la lectura de sus tejidos y cerámicas, pasando por la experiencia comunitaria de sus pobladores y la exploración de los orígenes lingüísticos del Pukina, lamentablemente en vías de desaparición.
El Pukina tiene relación con el lenguaje secreto utilizado hoy por los chamanes Kallawayas de los Andes aledaños y existe una clara conexión con el Arawak de los pueblos pre-incaicos provenientes de la Amazonía. Las cerámicas con animales selváticos encontradas en recientes excavaciones Pariti apuntan a que la isla era un centro ceremonial al que acudían desde lugares muy lejanos.
El corazón del proyecto se mueve dentro de la frontera entre la vida y el arte. Como en todos sus trabajos, la intención de Joaquín Sánchez es situar al público frente a la obra, moviéndose dentro y fuera de ella, con una narrativa extendida hacia los límites del lenguaje. Una fabulación donde se rompen y reconstruyen las imágenes y lo que estas contienen.
Barbancho aporta al proyecto una reflexión, Cruces líquidos, sobre la sociedad y la cultura líquida. Esta idea de lo “líquido” empapa todos los ámbitos de la sociedad, desde esas relaciones interpersonales hasta los campos de la “alta y baja” cultura. De la misma manera, el propio concepto de cultura se transmuta hacia unos límites rotos donde lo permeable se impone hacia una hibridación donde cada vez es más difícil hablar de lo propio, de lo original. A lo largo de la historia, también las culturas se han ido mestizando, algunas con más suerte que otras. La diferencia con esa “liquidez” de ahora es que en otros momentos ha sido por imposición y somos conscientes de ello, hoy no lo somos tanto y cuando nos damos cuenta hemos abandonado lo original y no nos hemos adaptado a lo importado.
La muestra itinerará en 2015 al Museo de Arte Moderno. Chiloé. Chile y al Museo Nacional de Bellas Artes. Santiago. Chile.
Entrada actualizada el el 27 nov de 2014
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