Algunos de los registros que utiliza Jorge Diezma en esta nueva serie de cuadros son protuberancias, ausencias, halos, pegotes, reflejos, color negro, formas fantasmagóricas y masas de residuos. En sus anteriores pinturas de animales y bodegones exploraba el ilusionismo mediante técnicas barrocas, para estos cuadros ha elegido materiales y procedimientos industriales (entendidos éstos como recursos ya clásicos de la tradición pictórica) y con ellos enfatiza la tridimensionalidad y el reflejo en la pintura: compresor, bolsas y botellas de plástico, espuma de poliuretano y pintura para coches.

Se vuelven a suscitar preguntas que apuntan a problemas centrales de la representación: ¿La luz es representada o incidente? ¿De qué manera ocurre que un cuadro sea dos cosas a la vez: aquello representado y materialidad pictórica?

Jorge Diezma entiende lo técnico como una forma posible de relación con ... las obras del pasado. Una forma viable de facilitar al espectador el disfrute de la pintura.