Aunque habitualmente trabaja con objetos, Kate-Rose Carrick está interesada, por encima de todo, en la experiencia espacial y el desplazamiento y reubicación de los mismos. En otras palabras: la fisicidad de su obra comienza y termina en el espectador, creando una poderosa sensación de conectividad.

La obra de Carrick revela toda una serie de cuestiones temáticas. Una gran parte de su trabajo está relacionado con nuestros patrones perceptivos, basados en la experiencia personal, provocando asociaciones, y utilizando objetos para explorar geografías psicológicas del individuo.

A Carrick le fascinan las consecuencias de la impresión causada por la experiencia física de la obra. Para ella se trata de algo muy diferente del afecto, la producción del efecto en el espectador, cuando experimenta una alteración emocional. Es entre estos dos puntos donde Carrick desarrolla su actividad. El resultado es la creación de un tercer objeto, un afecto - efecto; la mente se divide y el ... efecto facilita la aparición de una particular adopción psicológica, ya sea para dar lugar a falsos recuerdos, a una sensación de ansiedad o inquietud, o a una conexión con lo abyecto y el malestar corporal.

Los cuerpos físicos que contienen elementos ocultos se convierten en provocadores cuando desplazan nuestra sensación espacial. Este aspecto de su obra se apoya en la cualidad de lo efímero, de objetos y sucesos que revelan cosas según se despliegan.

Carrick cuestiona y desafía la relación del objeto con su propia condición de realidad. Para ello utiliza un lenguaje narrativo con el que señala que el objeto tiene el poder de perpetuar estructuras ideológicas. Sus peculiares características los aleja de la condición de simple cosa pasiva. Los objetos son poderosos contenedores de significado, con una historia y un tiempo de vida propios; ocupan un espacio, y están físicamente organizados dentro de ese espacio. Pero el atributo más relevante de un objeto material es su capacidad para traer el pasado físicamente hasta el presente.

‘Cuando lo tienes cerca, no es para tanto’

Notas sobre la instalación

Intervención de marcado carácter arquitectónico que alberga en su interior – distribuido en estancias y pasillos - una serie de aparatos y dispositivos de uso cinematográfico, estratégicamente ubicados, en los que el espectador es "guiado", acompañado en su recorrido, por imágenes y sonidos resultantes de la grabación y posterior mezcla realizada de bandas sonoras de películas.

Hay una dualidad presente en todo el trabajo: realidad - ficción; consciente - subconsciente. Esta instalación explora la idea del miembro fantasma, en la que ante la desaparición traumática de una parte del cuerpo, el cerebro genera a través del recuerdo sensaciones con las que hacerlo estar presente de nuevo, siendo muy posible llegar a sentir dolor, hormigueo, u otra forma de presencia.

No importa si el origen del dolor es real o imaginado si se siente como tal. El miedo y la ansiedad pueden aparecer como consecuencia de la reviviscencia de un hecho o la simulación de éste. El cine manipula la temporalidad apretando un botón y produciendo un efecto similar.

¿Qué es lo que nos seduce y repele al mismo tiempo? ¿Qué es lo que nos empuja a vivir atrapados entre dos extremos?