Proveniente del ámbito de la ilustración, Borja Guijarro evoluciona a un mundo más artístico. Su faceta figurativa se centra al principio en una nueva interpretación del cubismo, la cual no abandona a pesar de explorar a lo largo de su carrera otras formas expresivas, como el arte Pop con rasgos surrealistas y muy personales. Evoluciona también a una pintura más primaria, expresión figurativa, con el mar y su ámbito como protagonistas. Combina estas tendencias en el tiempo, haciendo su obra ecléctica y variada. Conocedor de todas las técnicas artísticas, alterna la pintura con la obra gráfica, grabado, litografía, serigrafía, murales, escultura, tatuaje. En esta ocasión nos muestra parte de su obra cubista, salpicada de referencias madrileñas.