El trabajo creativo de Cuervo es extraordinariamente lento. Por eso es tan excepcional poder ver una muestra de este artista. Cada una de sus obras es un reto de veracidad superado con miles de pinceladas que desaparecen en la superficie pictórica, y que son fruto de una minuciosa observación de la realidad.

Su pintura revela lo que podríamos llegar a ver en una observación muy detenida del paisaje urbano. Todos los detalles, todos los elementos, están valorados como se manifiestan en la realidad, todos están resaltados con la misma precisión. En este sentido la pintura de Cuervo nos hace pensar mucho en el mundo de la fotografía. La suya no es una visión paisajística que establezca una jerarquía visual en el sentido tradicional, sino un fidelísimo retrato, hecho con una precisión sorprendente, que supera la capacidad de captar del ojo ... humano. Estos son algunos de los factores de la modernidad del lenguaje de Daniel Cuervo.

El artista aborda en esta exposición la Barcelona contemporánea, la ciudad transformada que se reinventa constantemente a sí misma. Su es una mirada joven, vital, que se fija en la ciudad del presente y del futuro, la ciudad de cada día en su versión más brillante. No es una visión crítica ni nostálgica, es el testimonio de una realidad, que él sublima, sin cambiarla ni ahorrarnos en ningún detalle.

Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona, su trayectoria de exposiciones se inicia en 1995, y recorre varias ciudades españolas. Ha obtenido numerosas becas y premios y su obra figura en destacadas colecciones institucionales y privadas.