Tania Candiani trabajaba en su exposición Cuatro Actos para Espacio Odeón en Bogotá, cuando decidió filmar El principio, el paréntesis y el fin, el telón. Su investigación se centraba en el lenguaje teatral, sus mecanismos y códigos de comunicación como estrategias para revelar y ocultar una construcción específica de realidad, cuando empezó a observar las cortinas de teatro como paisajes. Candiani vio en los drapeados, plisados y planos de los tejidos, topografías que se asemejan a cordilleras o a desiertos con sus espejismos que generan realidades ópticas.
En la biblioteca del congreso estadounidense en Washington, Candiani buscó textos que investigaban las cortinas de teatro como paisajes y seleccionó escritos tan diversos como el poema épico Orlando Furioso de Ariosto, El hombre del telón de Leila Guerriero, Fábulas de Gayo Julio Fredo, además de trabajos de otros 5 autores.
Textos y palabras se convirtieron en el material de trabajo de Candiani que a...través de montajes, desvíos y fragmentaciones compuso un nuevo texto que acompaña imágenes captadas de diferentes cortinas de teatro. La artista estudió diversos tipos de cortinas que, con sus métodos de revelar específicos, provocan múltiples efectos de escena. Tania filmó y calcó los plisados de las vestiduras de las estatuas de piedra que representan a los personajes de las tragedias de Shakespeare en la Folger Shakespeare Library, y que se asemejan a cortinas de piedra. La suerte permitió que Candiani registrara el momento en el que técnicos removían y doblaban la cortina del Teatro León de Greiff de la Universidad Nacional de Colombia.
La película se divide en tres partes. En la primera, sobre imágenes de telones estáticos, el texto se refiere a las cortinas como paisajes de configuraciones repletas de accidentes geográficos. En la segunda, las cortinas se balancean, se agitan y se abren para revelar las escenas y su potencial de acción para un público listo para devorar las narrativas que de allí podrían brotar. Los textos provienen de títulos de fábulas y suenan amenazadores, ominosos o venturosos. La tercera parte representa el fin del espectáculo, cuando las cortinas se cierran y las luces se encienden, revelando cortinas olvidadas, envejecidas, llenas de polvo y heridas.
Entrada actualizada el el 28 mar de 2019
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