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La obra que se presentará en La Caja Blanca, utiliza la fotografía como punto de partida en un proceso de trabajo que se desarrolla con las manos, artesanalmente, a través de la pintura y el dibujo sobre madera.

La seria Defragmentos muestra la evolución de la obra de Moratinos, que sin dejar de ser pictórica, ha ido separándose de la pared con el paso del tiempo, desafiando los prácticas visuales heredadas y aprendidas, siempre en busca de una nueva voz, un nuevo lenguaje. Las piezas, toman los planos horizontales de la caja blanca, cortando, fracturando y reconfigurando el espacio; inmersos en un forcejeo y la búsqueda de equilibrio. Las instalaciones, distribuidas en posiciones inciertas, a veces agresivas, otras veces, precarias (casi efímeras), hacen referencia a las tensiones implícitas en la búsqueda de la ... identidad propia, un tema importante y recurrente en la obra de Moratinos.

La exposición Defragmentos, se celebra en un momento clave de la trayectoria de Moratinos. La joven Mallorquina acaba de recibir el premio que otorgan conjuntamente la prestigiosa escuela de bellas artes de Londres, La Slade School of Art y la Fundació Pilar i Joan Miró a Mallorca, gracias a la cual realizará una residencia de artista en Londres, culminando en una conferencia y exposición de su trabajo reciente para los críticos de arte y comisarios más reconocidos del Reino Unido.

Las piezas que se presentarán en La Caja Blanca a partir del próximo 11 de Junio, son piezas inéditas que han sido especialmente concebidas para este espacio. Las cuatro instalaciones que componen la serie Defragmentos reflejan un lenguaje sensible, híbrido, contemporáneo, íntimo y muy personal.

La fotografía es el punto de partida en un trabajo que se realiza con las manos, artesanalmente, a través de la pintura y el dibujo. La imagen digital se convierte en objeto orgánico, separándose de la pared, invadiendo la caja blanca, cortando, fracturando y reconfigurando el espacio.

Las instalaciones –objetos vestidos con capas de imágenes solapadas– transmiten una aguda sensibilidad hacia el efecto que un paisaje urbano, un paisaje natural, o incluso un paisaje social, pueden tener sobre el individuo.

El caos, la claustrofobia, y la serenidad, son sensaciones que los objetos evocan, haciendo referencia a una de las principales reflexiones que guía el trabajo de Moratinos; el entorno social y visual como factor determinante en la formación de la identidad individual y colectiva.

La relación ambivalente hacia la gran urbe, la curiosidad irrefrenable por escrutar las caras de los habitantes, las ventanas de los edificios, los portales, la multitud, la muchedumbre, la densidad de la metrópoli, representa una obsesiva búsqueda de la identidad propia a través del anonimato.