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Dentro de las artistas más creativas y con trayectoria consolidada dentro del ámbito latinoamericano se encuentra la creadora plástica brasileña Beth Moysés. Ella realiza unas obras plásticas y unas intervenciones performáticas en las cuales están presentes tanto discursos claramente feministas y de contestación social, como aquellos relacionados con la idiosincrasia cultural, social y racial, pero siempre desde unos planteamientos y ejecuciones muy estéticas y poetizadas. Como muchas artistas latinoamericanas, existe en su obra una raíz de cultura latina pero dentro de una tendencia generalizada a desarrollar los discursos estéticos en el territorio de las nuevas tendencias occidentales del arte contemporáneo, a la vez que insertados en los ámbitos de pensamiento y las estelas dejadas por los feminismos y/o los planteamientos en torno a las identidades ... genéricas.

Beth Moysés ha venido trabajando desde el año 1994 con el traje de novia como metáfora del afecto y el amor, de la pureza, pero también de la violencia contra las mujeres y la dominación masculina. Al principio los usaba integrando grandes instalaciones o ubicados en la pared en un formato de cuadros. Sus encajes, pliegues, brocados, tules, se expandían por el espacio y llenaban los muros para evocar un mundo femenino plagado de romanticismo y de amores eternos idealizados en el día de la boda. Poco a poco, tras un tiempo, y mucho trabajo junto a las organizaciones de mujeres contra la violencia y las asociaciones de mujeres maltratadas, decide trabajar sobre la temática de la violencia contra las mujeres, tanto la de género en su conjunto, como la doméstica, centrándose en esta última fundamentalmente. Un compromiso que lleva hasta sus últimas consecuencias, implicándose tanto personalmente como plásticamente.

Moysés ha tomado al traje de novia como base simbólica del ritual de la boda con los mencionados sentidos y significados ambivalentes, y con ellos ha vestido a cientos de mujeres en diversas ciudades de diferentes países en los últimos años: Brasilia, São Paulo, Madrid, Sevilla, Las Palmas, Cáceres o Montevideo, entre otras, para realizar performances masivas de espectacular presencia en esas urbes. Unas acciones performances a medio camino entre

el arte, la manifestación pública y la catarsis liberadora de las participantes. Con ellas ha desarrollado impactantes procesiones-manifestaciones silenciosas a la vez que artísticas, de un número determinado de mujeres del lugar, en torno a cien, que vestidas con trajes de novia que la artista posee comprados de segunda mano, deambulan en fila y en procesión de a dos o tres por las calles principales de cada ciudad, llevando a cabo un ritual de purificación y denuncia que en cada caso y ciudad es especial. Y entre las numerosas obras producidas en los últimos años, se encuentra una performance, versionada en diferentes ocasiones, que lleva por título Memória do Afeto. Una procesiónmanifestación silenciosa de mujeres vestidas con trajes de novia blancos que intenta llamar la atención sobre los malos tratos y vejaciones que muchas sufren en silencio en todo el mundo.

Paralelamente a sus performances, ha desarrollado multitud de trabajos plásticos relacionados con esta línea de trabajo liberador de energías positivas y denunciador de la violencia de género. Fotografías como la serie denominada Noivas do Carandiru, realizadas por B. Moysés en junio de 2000, en el interior de la cárcel de Carandiru, en São Paulo, la mayor del país, donde acudió a una boda multitudinaria colectiva en la que se casaron cien novias con un número respectivo de reclusos. O las fotografías correspondientes a la serie que proviene de la performance Reconstruyendo sueños, son ejemplo claro de ello. A esto se podría añadir multitud de objetos, como Cruz blanca, con clara alusión a la maleta de primeros auxilios, o diversos objetos a modo de guantes de boxeo que refieren directamente a la violencia doméstica, entre otros muchos. También ha realizado numerosas instalaciones, instalaciones y pinturas a las que ha añadido el cosido, con aguja e hilo, a la tela, para desarrollar ese mundo personal plástico expresivo y potenciador de emociones y energías liberadoras de las opresivas relaciones alienantes, ensuciadas en muchas ocasiones por la violencia de género.

Para la Galería Weber-Lutgen, esta artista plástica brasileña presenta ahora una exposición que lleva por título Despierta. Una muestra integrada por una serie de obras fotográficas, procedentes de una acción, un vídeo, así como la realización de una performance en un edificio ocupado en la Plaza del Pumarejo de Sevilla, próximo a la propia galería.

La performance Lecho rojo, que ha sido llevada a cabo por la artista en São Paulo, en Salamanca, en Murcia y en Sevilla, ha sido grabada en vídeo por la propia artista, quién la transforma en una vídeo-performance. Y es que Moysés suele registrar las acciones que efectúa, con un objetivo que va más allá de la simple documentación, ya que ejecuta una traslación de área o territorio creativo de la performance en directo al vídeo, que pasa a ser editado y posproducido, con cortes de montaje y añadidos musicales, de tal forma que cobra su propio protagonismo y singularidad. Pero también de la acción, la que se desarrolló en la ciudad de Salamanca, fueron tomadas fotografías de las cuales se ha efectuado una selección, que ampliadas a gran formato, se integran en esta muestra.

Con Lecho rojo la artista continúa con sus planteamientos de hacer confluir el área artística propiamente dicha de la performance con un acto de reivindicación y petición, y una acción catártica y liberadora. Y ello especialmente para las propias participantes quienes llevan a cabo un ritual del cual el público es testigo presencial, y al que llega la carga energética y simbólica del acto, transformándose además las ejecutantes en una especie de médium transmisoras de energías liberadoras.

Pero Lecho rojo, a diferencia de otras performances de participación masiva de la artista, tiene un carácter más íntimo, a pesar de realizarse en público, y un tono aún si cabe más sutil, poético y estético, a pesar de que éstas son características que acompañan habitualmente las acciones de B. Moysés. Aquí nos encontramos con un número más reducido de ejecutantes que, semivestidas de blanco, en un sentido de pureza y de conexión entre el cuerpo, las emociones y los sentimientos, se disponen a coger con sus manos trozos de una masa en forma de bloque de carmín de barra de labios rojo, con los cuales, de manera relajada pero concentrada, construyen esculturas en forma de corazón, hasta acabar con dicha masa roja. Construcción de corazones rojos a la vez que suena en el ambiente la música Himalayan flight-The Overtone Choir, activadora del chacra del corazón.

Ese es también el sentido terapéutico y liberador del amor de constricciones y supeditaciones malsanas. Una performance que la artista realizará in situ el día de la inauguración, en un edificio cercano a la galería y colindante con la plaza del Pumarejo de Sevilla. Se trata de una poética y poderosa acción denominada Huecos del alma. Desarrollada por seis mujeres vestidas de blanco que llevarán a cabo un ritual catártico, tratando de endulzar los corazones, expulsando los odios, los rencores, las tensiones y agresiones existentes, muy habituales en las relaciones amorosas. Una suerte de acto de psicomagia, en el cual las ejecutantes-performers convertidas en médium, situadas sobre un suelo cubierto de azúcar, zona dulce, blanca y suave, como un espacio ritualístico especial, irán abriendo literalmente corazones de animales muertos para introducir en sus interiores azúcar, y luego coserlos, depositándolos, ya endulzados, en un lugar lleno de esperanzadora energía. Una acción como si de una operación médica se tratara, en este caso una operación simbólica y no por ello menos sanadora. Ofreciendo un arte como sanación, lleno de energía positiva y de poesía redentora.