Esta muestra de Vicky Uslé en la galería Siboney de Santander, supone una forma de cerrar el ciclo expositivo iniciado con la exposición en la Biblioteca Central de Santander, que con el título de La densidad del viento, y comisariada por Carmen Quijano, reunió el trabajo más reciente el artista cántabra que no había puesto en Santander desde 2013 en Siboney, y en un espacio institucional desde 2009, y creemos que de alguna manera complementa ese ambicioso proyecto, en la medida que en la aquella se mostraron pinturas, -sobre tela y sobre papel-, junto a fotografías y especialmente grande formatos, quedando fuera los trabajos sobre papel a modo de collages, que es precisamente lo que se muestra bajo la supervisión nuevamente de Carmen Quijano y que confiamos que permitan por una parte profundizar en el proceso creativo de la artista, y de otra calibrar su recorrido, ya que aludimos a...un largo camino en la definición y concreción de su lenguaje pictórico.
De Vicky Uslé, (Santander en 1981), vimos su obra por primera vez en la galería Siboney, -en 2005-, en una muestra de grupo titulada La mina no está agotada, junto a Manuel Losada y Álvaro y Trugeda, cuyo título alude a la permanencia de la pintura y está tomado del texto del esclarecedor texto que Gabriel Rodríguez escribió para el catálogo de esa exposición.
Desde esa fecha, muchas cosas han pasado en la vida y en la trayectoria artística - ambas resultan indisociables en su caso-, y algunas de ellas, se pudieron ver en su segunda individual en la galería ya en su actual espacio de la calle Santa Lucía, bajo la proclama de Open Space. Cabe recordar que la primera exposición individual, titulada Amuleto, fue en el espacio de Castelar.
En estos años transcurridos, debe reseñarse un episodio muy particular, que quedó reflejado en la muestra titulada Building Saja, en el pasado 2012, en la Galeria Van der Mieden de Amberes, que se acompañó de un hermosísimo texto de Enrique Juncosa, que lo iniciaba subrayando su asombro. Decía “Nos asombra, en primer lugar, por las sensaciones de optimismo y generosidad que desprende, y que están manifiestas en la capacidad de invención de una cornucopia de imágenes abstractas, y en la seguridad y determinación con que este proyecto se ha llevado a cabo”.
La obra que presenta en esta muestra, evidencia que su imaginario responde a un sensibilidad miniaturizada, porque es plenamente consciente de que es en lo mínimo, en lo que podría resultar imperceptible, envuelto o asfixiado por la forma general, donde habita la sorpresa y se genera sentido. También, porque en la interioridad en que se resuelve, lo propio es lo pequeño y singular, y lo demás entorno ambiente.
Entre lo intuitivo y lo meditativo, entre las formas reveladas y las evocadas, entre la figuración y la abstracción, en un territorio de fronteras imposibles, de límites sólo impuestos por el lenguaje de la propia pintura, sin urgencias, sufriendo y disfrutando al mismo tiempo con el proceso creativo, Vicky Uslé nos hace seguir confiando y degustando los valores plásticos de la pintura, de su belleza y su misterio, a la vez que se afirma como una de las artistas más poéticas, sutiles y con talento de su generación.
La vocación de Vicky se ha ido afirmando sin urgencias, cuidando todos los detalles, madurando en el estudio, la reflexión y la práctica de la pintura, tratando de encontrar una voz propia en medio de la polifonía del momento actual, en el que son frecuentes los éxitos con canciones de estribillo fácil, y la repetición de fórmulas que conducen a una popularidad efímera y saludablemente olvidable.
Entrada actualizada el el 15 feb de 2022
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