Para la exposición se ha reunido obra que comprende el trabajo de sus series Environment, Switch off all devices, Devices y Outside comes first, 17 fotografías de diferentes formatos que recorrerán el trabajo de estos últimos años.

En el caso de Environment, serie que ya comenzó en 2004 pero que aún continúa abierta, las imágenes no nos remiten tanto a la fotografía como a la elaboración de un lenguaje de reconstrucción de la percepción: a pesar de que incide sobre la arquitectura no se plantea como una reflexión sobre esta. Los edificios flotantes de Environment no pertenecen ni a un sistema descriptivo o proyectual de maqueta arquitectónica ni tampoco a un sistema utópico de arquitectura liberada del suelo, sino que es la reconstrucción de lo visible en la cual se emplea la arquitectura como argumento visual para una reflexión que ... está más allá de lo específicamente arquitectónico.

En Switch off all devices predominan las imágenes de un coche que ha sido modificado y pierde su identidad al convertirse en un “no-coche” pues al poseer la capacidad de ir en dos direcciones contrarias se anula a sí mismo. La intencionalidad del artista es evidente, su discurso es el de manipular el entorno para hacernos reflexionar acerca de cómo el ser humano ha ido manipulando su entorno según su conveniencia.

Y es que en la obra de Carlos Irijalba se repite la descontextualización del objeto, que se aísla de su entorno “natural” para adquirir otro significado como los focos de Devices, que se convierten en protagonistas en vez de ser un mero artefacto que alumbra un escenario.

Finalmente Outside comes first, serie realizada en los últimos meses entre Pamplona y Nueva York nos muestra inmensas superficies de cristal en entornos urbanos o en medio de la maleza que a pesar de su transparencia son visibles, podemos atravesarlos con nuestra mirada pero también nos parecen impenetrables, nos intriga qué están haciendo ahí. En palabras del artista “Quería utilizar lo real, no la representación de lo real; no representar, sino presentar", explica.

En su "esfuerzo por plantear lo real", Irijalba ha querido huir de los juegos virtuales y de las armas informáticas. Su opción ha sido intervenir directamente en las localizaciones elegidas y crear imágenes potentes, objetivo que ha logrado con creces.

En definitiva Irijalba utiliza las herramientas que mejor maneja, la de la fotografía a pesar de no sentirse fotógrafo para “introducir un desorden mínimo en el orden de las apariencias y simulacros de lo real, o en las convenciones imaginarias que iluminan o espectacularizan los acontecimientos”.