Nace en Jaén en 1943, estudia conjuntamente en la Escuela de Bellas Artes y de Arquitectura de Madrid.

Muy probablemente por su formación de arquitecto Moya ha sido, desde siempre, un entusiasta de los descubrimientos y avances de la ciencia.

Precisamente uno de los polos de esta exposición lo constituye la referencia al mundo de la ciencia contemporánea que, en las últimas décadas, ha traspasado todo lo esperado situándose en el borde de lo desconocido despojándose de las certezas de antaño y dando como resultado que estas nuevas formulaciones aunque con otro lenguaje, nos acercan a las visiones de los místicos de todas las épocas.

'En estos cuadros, realizados sobre planchas de aluminio tratados y que son reunidos bajo el título de RUM (como un tácito ... homenaje al gran poeta del sufismo, Rumi) la pintura no simula la luz.

La luz surge del fondo tratado de las planchas y la pintura es condensación en movimiento de materia. Las imágenes a las que remiten estas obras se acercan a espacios siderales y que el aturdimiento poético de la música sufí sitúa irremediablemente en el interior del pensamiento...

De manera paradójica, a través del acercamiento al sufismo que no reniega de la borrachera de los sentidos sino que lo utiliza como dispositivo liberador, Diego Moya persigue la construcción de un espacio espiritual...

Reformular la espiritualidad desde el reto que ofrecen los sentidos, es quizás comprender que no hay que buscar trascendencias extrañas: está aquí, y se manifiesta por dentro, desde el interior de nosotros mismos. En ese lugar de intimidad personal que resume la contemplación interior del vacío.

Ese salto hacia lo espiritual es un reto de despojamiento. Cuando la porosidad de la tela es sustituida por la vacuidad transparente del aluminio, la pintura flota en la nada: es como dibujar sobre la niebla, sobre el plano interior de una contemplación despojada de objetos, sujeta únicamente a su realidad.

La pintura es en su ausencia como una luz, es el plano de un espejo que refleja la duplicidad cambiante de una mirada interior...'

Santiago Olmo (fragmento del artículo 'Dibujar en la niebla')