En este proyecto, Jesús Pueyo se aleja del vídeo digital que ha caracterizado su trabajo y vuelve a los formatos artesanales. La exposición incluye varias proyecciones en bucle de cine en formatos antiguos, tanto que Pueyo ha tenido que modificar algunos proyectores para poder presentar las películas en un loop. 'El único vídeo digital que hay en la exposición es un concierto de Lou Reed que yo grabé y que he incluido porque él es una de las personas que yo admiro', apunta el artista.

La mayoría son retratos audiovisuales en movimiento, la excepción es una serie de retratos de fotografía fija. Destaca un rótulo en neón con las palabras 'Diez personas que no deberían morir nunca' para que, como explica Pueyo, 'el público no pierda de vista en ningún momento el título, que es muy importante en esta exposición'.

La exposición incluye también un autorretrato muy especial del autor que, a medida que se va proyectando, irá desapareciendo, pues va conectado a un goteo hospitalario lleno de lejía que se irá vertiendo poco a poco en la película hasta acabar con ella, al final de la exposición. En contraposición con el resto de los retratos audiovisuales, que hablan de amor dando idea de eternidad, esta instalación titulada 'Hacia la desaparición' habla de la muerte, de su propia muerte y se podrá ver hasta el 11 de abril.