No hay que cargar nuestros pensamientos con el peso de nuestros zapatos.”
André Breton
‘Los planetas son redondos. La Tierra es un planeta. La Tierra es redonda.’ Esto es un ejemplo de lógica silogística, es decir, un razonamiento lógico deductivo. ‘Ningún cerdo puede volar. La mesa del comedor no puede volar. La mesa del comedor es un cerdo’. Para poder construir un silogismo hay que seguir una serie de reglas (limitando severamente las premisas que lo componen), de lo contrario, es relativamente sencillo caer en falacias o argumentaciones erróneas. Este tipo de argumentaciones es uno de los recursos principales que utilizamos actualmente como espectadores ante una obra de arte o ante una exposición. Intentamos buscar conexiones entre los elementos que aparecen en una obra y una realidad ajena a esta (una referencia teórica, un contexto, un concepto concreto, etc.), para hallar así algo de verdad. El arte conceptual (malentendido) nos ha empujado...a la necesidad de esta búsqueda continua y persistente de conexiones, deduciéndose en numerosas ocasiones, respuestas tan mediocres como satisfactorias para el ego del espectador.
Resultaría curioso preguntar al público sobre las motivaciones, referencias e inspiraciones sobre las que piensa que ha cimentado Mariajosé Gallardo su obra ‘Este terreno no se vende’ (adelanto al lector/a que a ella es mejor no preguntarle). Sería revelador mostrarle estas respuestas a la artista, pero más aún, ver la expresión de pavor en su rostro al conocerlas (ahora puede que la imagen que se esté llevando de la artista no sea la más amigable, nada más lejos de la realidad).
Las referencias que encontramos en esta obra, conciernen sobre todo a los aspectos formales. La temática es evidente, una suerte de paraíso terrenal donde multitud de elementos se integran en una composición propia del manierismo. Diferentes escenas (puede recordar incluso a la configuración de un tebeo) de variopintas índoles se estructuran en un lienzo de 6 metros de largo por 2 de alto mediante una superposición sencilla de planos, que junto al propio proceso técnico, evoca al estilo renacentista (íntimamente relacionado con el manierismo anteriormente mencionado). Ahora bien, pensar que todos los seres y elementos que representa Mariajosé en su obra deben tener la misma carga simbólica que en el siglo XVI sería pecar de ingenuo (o de creer que la artista es mayor de lo que realmente es).
Aún así, puede que siga pensando que en ‘Este terreno no se vende’ se dan conexiones entre sus elementos y que dichas conexiones son imprescindibles para comprender esta obra. Puede que, en parte, esté en lo cierto. Y es que en ningún momento se ha pretendido negar la cohesión y conexión de esta obra, pero si su carácter indispensable (espere ahora que, como se dice en mi tierra, se le van a caer los palos del sombrajo). Mariajosé Gallardo defiende la pintura por la pintura, es decir, que cualquier ornamentación conceptual o teórica en torno a la pintura es justo esto, ornamentación. Un añadido que en algún caso puede complementar la pintura, pero nunca la vuelve insignificante en su ausencia.
De esta forma, cada fragmento de esta pieza habla por sí solo, intermediando entre la mano y el pincel que lo engendraron y el ojo que ahora lo ve acabado. Es este el motivo por el que usted cuenta con 8 medidas estándar para poder llevarse a casa ese pedazo de la obra que más le guste, desarraigándolo de aquellas conexiones que había preestablecido en un primer momento y, quizás, dotándola de nuevas conexiones (desde el momento en el que adquiera la pieza ya es suya, y ya en casa la dota de lo que usted vea oportuno). Eso sí, no busque en este hecho cuestiones conceptuales o teóricas (no piense que esto también pudiera suponer una crítica al mercado, porque quizás, pudiera estar en lo cierto).
Guillermo Amaya Brenes.
Entrada actualizada el el 03 jul de 2019
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