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"Normandie: les rivages du débarquement?"(Eduardo Nave):

En el 2004 y años venideros, Normandía se convierte en el foco cultural de Europa al celebrar el 60º aniversario del "Día D", con el que comenzó la liberación de Francia y el final de la II Guerra Mundial. Durante ochenta días, se rememorarán los lugares y los hechos épicos que dieron fama a esta apartada región y que ha basado su economía principalmente en el recuerdo de este hecho histórico.

Normandía convive con su pasado y ha aprendido a vivir de él. Los restos del decisivo desembarco de las tropas aliadas ... se han fosilizado con el paisaje ofreciéndonos unas instantáneas únicas.

Recorriendo sus playas apenas visitadas por accidentales turistas, el mar golpea las silenciosas costas, mientras que el horizonte dibuja una línea interrumpida por los restos de las cabezas de puente aún visibles.

El 6 de junio de 1944, 5 millones de hombres se enfrentaron en cinco playas hermosas y desaforadas. Un año más tarde acababa una guerra en Europa. En cada barcaza cabían 80 soldados, 450 quilos en fusiles, 1500 en munición; es difícil calcular el peso de las manos, sobretodo de las manos.

Debe haber pocas playas tan hermosas donde hayan muerto medio millón de hombres.



"T(t)ierra Callada" (Mireia A. Puigventos):

`Tierra Callada´ es una reflexión sobre el mutismo y la mutilación que sufren los bosques de la península como consecuencia de un incendio forestal. Es un retrato de la ausencia de vida como reclamo de atención y cuidado hacia el ecosistema. Pero sobre todo, es un viaje por el universo del silencio y la fragilidad que le rodea.

En la obra de Eduardo Nave, el silencio aparece como una constante. No sólo desde el punto de vista estético y formal, sino también como una actitud. Un estado de calma se apodera del acto fotográfico, devolviendo una imagen pausada y serena, como si nada hubiera ocurrido. Los formatos empleados, 6 x 7 cm. y 6 x 17 cm., implican una complejidad y lentitud técnica que intensifica el proceso de introspección, conjugado con un proceso de inspección del entorno. El resultado: una gran superficie de silencio.

Eduardo explora la identidad del paisaje marcado por un hecho trágico. Se asoma a aquellos lugares que han sido testimonio de un acontecimiento dramático y busca la cicatriz escondida, la huella invisible. Algo sobreviene detrás de una apariencia de normalidad como un enigma sin resolver. La quietud de una playa desierta de Normandía deviene en inquietud, en una forma de incertidumbre, de interrogación. Una lindeza estremecedora encubre el horror y la catástrofe. 

`Tierra Callada´, muestra la mutilación de los bosques arrasados tras un incendio. Prevalece una estética del silencio inspirada en el arte de escuchar. Lo que reemplaza al desastre es la imagen de un mutismo habitado, un balbuceo de palabras, murmullos, susurros... El eco del dolor. En el silencio de los bosques se encuentra el grito y la queja. Por esa razón, Eduardo llama la atención sobre la escucha, como un dispositivo que se impone frente al olvido.

Un rayo de sol atraviesa la columna de árboles carbonizados y una hiedra trepa por un tronco. Lo que sucede en la foto nos sitúa en un lugar fronterizo, un no- lugar, entre la vida y la muerte, la insonoridad y el ruido, la conmoción y el sosiego. La identidad del paisaje también se encuentra en el límite de su definición, entre lo espectral y lo real. La confluencia de sentimientos opuestos y la contradicción de conceptos, marcan una delgada línea donde se ubica la mirada y comienza la reflexión. Nave aparece en el momento posterior al clímax, cuando las llamas han arrasado los bosques y no queda ningún vestigio de vida aparente. Desde este punto de vista comienza a construir su relato sobre la fragilidad.

"Paisajes Intermedios" (Albert Corbí Llorens): Hay un hecho innegable. El movimiento es imposible. El esfuerzo de Aquiles apenas alcanza la ventaja de la tortuga, la flecha habrá de recorrer infinitos puntos en un tiempo finito.

Hay otro hecho innegable. El mundo se mueve. A pesar de las ilusiones de Platón, de Aquiles y la tortuga, los ojos que miran esos ojos habrán muerto al cerrar los párpados. Esta ventana, esta lámpara, esa carretera hacia el sur que ahora recuerdo será la otra lámpara, la otra ventana, la otra carretera.

"Deslunados" (2008) (Mireia A. Puigventos): pieza audiovisual producto de una mirada insomne. Clavada en un punto captura la vida desprevenida y el suceso intrascendente. Desde este lugar Eduardo Nave acecha el devenir. Destacan las alusiones al cine y la música: Desde "La ventana indiscreta" de A. Hitchcock pasando por las composiciones de John Cage, quien incorporó el silencio y se interesó por los procesos de la naturaleza a partir del encuentro accidental de sonidos. En "Deslunados" es posible contemplar el paso del tiempo al ritmo de una sinfonía de luces que se encienden y se apagan. La musicalidad visual transporta al espectador a un estado de trance, de hipnosis parcial.  La instalación recoge movimientos y estados que tienen lugar en patios  interiores de un modo casi litúrgico. Al igual que los ruidos de ambiente inconexos capturados por azar. Como "ecos" o "ruinas acústicas" que vienen de un pasado lejano. Irreverente con el olvido, Nave pasea solo entre ruinas. En su obra todo lo que vemos, está siendo recordado.