-------------------------------------------------------

-------------------------------------------------------

Desde sus inicios, Hamish Fulton decidió que las caminatas fueran el motivo de su trabajo en el arte: “Desde 1967, año de mi ‘primera caminata’ siendo estudiante de arte en Londres hasta 1973, el ‘instinto’ de hacer arte sobre la experiencia de caminar fue construyéndose en mi mente. En 1973, después de transformar lo que parecía un plan ambicioso en una realidad vivida, me hice una promesa a mí mismo: hacer arte únicamente sobre la experiencia de caminar. Para mí, ésta fue una decisión clara y tajante. ‘Vi’ la encrucijada en el camino y hacia allí me dirigí. Me propuse ir por ese camino, aunque desde esa posición en el tiempo era incapaz de ver adónde me llevaría… Si ... me preguntan qué me gusta más; un viaje a pie de acampada, ser autosuficiente en las montañas, o una caminata por carretera, la respuesta siempre es la misma = la vida de acampada… más próxima a la naturaleza. Sin embargo, desde esa primera caminata de estudiante en 1967, empleando lo que ya estaba allí, la acera situada al lado de la Escuela de Arte, las caminatas en la carretera me han parecido siempre muy contemporáneas, muy creativas (también son bastante adictivas). En una caminata por carretera en España, esperando la hora de la cena… el cansancio físico se hace notar. (La vibración de cada paso sobre una carretera dura sube por las piernas, no baja hacia el suelo). Dormir profundamente con sueños conduce a una completa recuperación y da nueva energía para el día siguiente en la carretera. Unos cuantos pasos bajo la lluvia en la oscuridad de una mañana de invierno hacia la cafetería de la esquina. Dos cafés con leche grandes, un pequeño bizcocho y una botella de agua. Vuelta a la acera y hacia el camino correcto para salir del pueblo. Las caminatas por carretera desafían las afirmaciones. Todas mis caminatas por carretera son un comentario sobre nuestra sociedad dependiente del coche. No estoy de acuerdo con esa afirmación tan ilógica de la Historia del Arte para la que caminar es una manera de hacer ‘escultura’. P: Cuando terminas una escultura ¿qué tienes? R: Una escultura. P: Cuando terminas una caminata, ¿qué tienes? R: Nada. Simplemente permaneces de pie en un estado de euforia. Si quieres producir algo visible a partir de la caminata, entonces eso podría ser considerado como una segunda actividad”.

Durante los años 60, Hamish Fulton fue alumno de la prestigiosa St. Martins School of Art, de Londres, en la que coincidió con artistas como Richard Long. Juntos realizaron sus primeras caminatas, que darían origen a una de las propuestas más innovadoras del arte de la segunda mitad del siglo. Con él realiza también dos caminatas largas, atravesando la Península Ibérica. Las caminatas, dice Fulton, llegan a ser aditivas, y las realizadas por España especialmente: “En 2001, cuando empezaba de nuevo a pensar en realizar caminatas en España, tuve que preguntarme a mí mismo, ¿por qué España? La respuesta es muy clara. Los españoles (creo yo) en la era post-Franco (todavía) están de ‘buen humor’. A veces, siento que países enteros tienen las personalidades de individuos. España: buen humor. Estados Unidos: autoritarios. China: sin asumir responsabilidades. Respuestas simples pero repetitivas. Para continuar, ¿por qué España? En términos prácticos, España para mí es el país en el que he estado personalmente (informe de testigo ocular) más cómodo para hacer caminatas por carretera. Camina como un coche. Come como un perro”.

“El camino. Rutas cortas por la Península Ibérica, 1979–2008” es la primera retrospectiva de Hamish Fulton en España. Referida a una actividad muy específica, que le da carácter especial (sus caminatas por nuestra península), muestra las claves de su trabajo y pensamiento (sus imágenes aferradas al paisaje; su visión constante del camino que queda; los textos descriptivos y escuetos, que adquieren un sentido poético; la presencia de elementos simbólicos…). Con motivo de la exposición, se ha editado un cuidado libro sobre sus caminatas ibéricas, llamado a convertirse en una de sus referencias bibliográficas esenciales, más cerca del libro de artista que del catálogo tradicional.

Tanto la exposición como la publicación han sido producidas por la Fundación Ortega Muñoz, atendiendo a sus objetivos fundacionales, entre los que se encuentra “Impulsar proyectos que, tomando el paisaje como elemento de mediación y referencia, atiendan a las relaciones entre arte y naturaleza desde planteamientos críticos y expresiones propias del arte contemporáneo (en sus más variadas fórmulas: Land art, arte público, pintura, fotografía, arquitectura…). Y, desde ese punto de vista, promover iniciativas que pongan en valor el paisaje extremeño y la imagen de Extremadura”. En este sentido, la complicidad e implicación de Hamish Fulton en el proyecto se ha concretado en la realización de una caminata extremeña, a lo largo de la Vía de la Plata, de la que es testigo la publicación Río Luna Río.