Tarde o temprano, a todos nos toca atravesar un desierto. Éste puede ser sólo de dimensiones domésticas, pero también de dimensiones abismales. Puede durar sólo un mal momento, un mal día, o convertirse en una larga temporada en el infierno. Puedes salir, como lo hicieron Travis Henderson en Texas o T.E. Lawrence, conquistando Áqaba, o puedes perderte eternamente, como en un laberinto invisible. Incluso hay quien, por propia voluntad, se adentra para hacer un retiro espiritual y encontrar la pregunta a todas las respuestas.
Yo entré en otoño de 2021, cuando se me diagnosticó un linfoma de Hodgkin. Ahora ya estoy cerca de los márgenes, en una especie de playa desierta y amable peinada por un suave viento de mar. Parece algo un gran decorado cinematográfico o el inicio de una película de Dreyer.
En la primera primavera de este extraño viaje, puse en marcha un incierto proyecto de dibujos y poemas...que ha acabado materializándose en este encuentro de collages, que ahora podréis ver, y en este libro, que ahora podréis leer, si os place. Espero y deseo que las imágenes y los versos que fueron mis compañeros de periplo os sirvan de mapas, quizás inexactos, pero misteriosamente excitantes, para vuestras propias aventuras.
Imágenes de la Exposición
Xesco Mercé. El desert químic
Entrada actualizada el el 12 abr de 2023
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