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El Greco, actualmente considerado en todo el mundo como uno de los fundadores de la Escuela Española de pintura, no siempre ha gozado de esta popularidad: a pesar del éxito que obtuvieron sus obras a lo largo de su carrera, su estilo dramático y expresionista provocaba sentimientos encontrados en sus contemporáneos. Además, más o menos a su muerte en 1614, el gusto europeo cambió, fascinándose con el naturalismo del estilo de Caravaggio, que pretendía representar la realidad tal como era y constituía por tanto el polo opuesto del extraordinario talento manierista de ... El Greco. Tras su muerte, la obra de El Greco pronto quedó relegada y cayó en el olvido. Sus obras empezaron a ser rechazadas por anticuadas. Hubo que esperar hasta principios del siglo XX para que El Greco recobrara su prestigio de la mano de la vanguardia artística moderna. Su redescubrimiento se debió a tres figuras clave en el panorama cultural español de la época: el historiador de arte Manuel Bartolomé Cossío, quien publicó en 1908 una monografía sobre El Greco; el Marqués de la Vega Inclán, que en 1910 fundó en Toledo un museo en su honor; y el fotógrafo Mariano Moreno. La fama de El Greco pronto volvió a florecer y desde entonces es considerado un genio del arte.

'Domenikos Theotokopoulos 1900, EL GRECO', comisariada por Ana Carmen Lavín Berdonces y José Redondo Cuesta, destaca el papel que estos tres personajes tuvieron en la década de 1900 en el redescubrimiento de la obra de El Greco. La muestra se completa con los trabajos de su taller y presenta una perspectiva fascinante de la evolución artística del pintor a través de una selección de obras excepcionales, entre las que destacan algunas de las más emblemáticas, como Las lágrimas de San Pedro o el impresionante El Expolio. Sin embargo, la obra más destacada de la exposición es la serie final El Apostolado (los doce apóstoles), su testamento artístico: una serie sorprendentemente moderna, en cuanto a la libertad de sus formas y el extraordinario uso que hace del color. La serie incluye algunos lienzos inacabados que revelan algunos aspectos de la magistral técnica del artista. Las obras proceden en su mayoría del Museo de El Greco, pero la exposición también incluye préstamos del Patrimonio Nacional, el Museo Nacional del Prado, la Archidiócesis de Toledo, y del Museo de Santa Cruz (Toledo).

Una importante novedad en esta muestra es una video-instalación creada en exclusiva para esta sede por Oscar Mariné que reproduce El entierro del Conde Orgaz y con la que se consigue que el visitante se vea envuelto por esta obra maestra de la Iglesia de Santo Tomé de Toledo.

Además de la vídeo- instalación, otra de las características novedosas de esta exposición es el diseño museográfico, también ideado por Oscar Mariné y gracias al cual las obras se presentan al público en unas salas sumidas en penumbra y con una iluminación muy especial, que hace de este montaje una ocasión única para apreciar las obras de El Greco con una visión totalmente contemporánea.

El Greco es considerado uno de los precursores del expresionismo y del cubismo. Su particular estilo, basado en la imaginación y la intuición, así como sus característicos principios estéticos, hacen n imposible su encasillamiento. Despreciaba principios clásicos tales como las medidas o la proporción y no dudaba en burlar las leyes de la naturaleza para conseguir efectos más dramáticos. Las figuras de sus obras eran excepcionalmente largas y delgadas y sus composiciones sorprendentemente alargadas.

El Greco buscaba llegar al corazón a través de la poderosa emoción espiritual de su obra, un aspecto al que daba más importancia que a la fiel representación de la realidad. Su estilo también se caracteriza por los tonos profundos de sus obras y su inconfundible uso de la luz.