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Se ha seleccionado a ocho pintores y a un escultor, la mayoría antiguos colaboradores de la Galería, "jardineros y paisajistas" a su modo, escogidos por su singular interpretación del tema, sea este entendido como una meditación entre verduras, jardines de ensueño o recreaciones escénicas de un paisaje íntimo y peculiar.

El arte de practicar el jardín y acotar su visión privilegiada en un pequeño espacio, papel o lienzo es lo que les une, por encima de sus interesantes diferencias:

Eduardo Alonso (Santander, 1972), destaca en el dibujo de sus naturalezas calcinadas, invernales, de contenida emoción.

María José Castaño (Burgos, 1966), se fusiona con placer al pintar al aire libre y transmite su frescor, como una vía de agua.

Belén Franco ... (Madrid, 1956), se adentra en paisajes oníricos, de perspectivas lejanas, tal que misteriosos cuentos.

Chema Herreros (Valladolid, 1961),o los puntos de luz y color cambiantes, intuyendo olores y sonidos que sólo oyen los niños y algunos animales.

El escultor Juan Luis Molero (Córdoba, 1970) acota laberintos y estructuras efímeras, en apariencia.

Teresa Muñiz, extraordinaria acuarelista es pintora de espacios y sutiles gamas aéreas.

Amadeo Olmos (Segovia, 1962), fascinado por la representación de múltiples planos como en un bosque y los cambios incesantes de la mirada.

Javier Pulido (Madrid, 1967), cuyas extrañas filigranas sanguinas de cartulina semejan plantas, amebas, maceteros.

Y, por último, la pintora japonesa Mariko Taki, gran conocedora de su cultura tradicional y de nuestro país, en el que reside por temporadas, obsesionada por las extrañas flores y frutos de Brueghel.