Joan Furriols es una de las figuras más singulares en el contexto del arte contemporáneo catalán. Su obra, hasta ahora prácticamente desconocida, está regida por el rigor, la exigencia y la contención. Con una selección de más de 130 obras, documentación diversa y material audiovisual, se revisan cuarenta y cinco años de su trayectoria artística. La dimensión existencial y filosófica de su trabajo pasa del lenguaje de la abstracción de posguerra hata una formulación más personal que transita entre el dibujo, la pintura, la escultura y el objeto; entre la abstracción y la figuración, entre la tragedia y la ironía. El espacio y el orden son fundamentales para Furriols, el lugar donde se manifiesta su reflexión sobre la vida y la muerte, la belleza y el tiempo.

La exposición, dividida en ocho ámbitos: El ... inicio de una inquietud; La búsqueda como método; Trazar el vació; El plano y el pliegue; La dinámica de las espirales; El sentido del orden; Meditando la trascendencia y Caminos de continuidad, sigue, a grandes rasgos, un hilo conductor cronológico, estableciendo relaciones transversales entre obras que muestran puntos de continuidad y coherencia en las exploraciones de las formas y la búsqueda del sentido que lleva a cabo Joan Furriols.

El inicio de una inquietud

En este ámbito podemos ver algunas de las primeras obras de Joan Furriols, que muestran su evolución hacia la abstracción informalista. Más que el drama propio del expresionismo, lo que interesa al artista son la profundidad y los matices del negro y la presencia corpórea de los materiales. Comprometido con la renovación artística, Furriols fue uno de los fundadores, en el año 1955, de la revista Inquietud, que desde Vic pretendía difundir y consolidar el arte contemporáneo.

La investigación como método

Hacia el año 1960, Furriols encontró ya un lenguaje personal trabajando con planchas de hierro agujereadas que se hallaban a medio camino entre la pintura y la escultura. La exploración y la investigación se convirtieron a partir de entonces en una constante metodológica. En este ámbito relacionamos estas piezas de juventud con otras de madurez, a fin de que se pueda apreciar la continuidad en los problemas planteados y algunos de los recursos empleados. Estructura, materia, espacio y un cierto minimalismo fueron desarrollados más adelante por el artista.

Trazar el vacío

Después de un largo paréntesis creativo de más de diez años, Furriols retomó la actividad artística en los años setenta, y lo hizo con unas piezas singulares. La perforación y la incisión sobre madera le permiten definir el espacio de un modo claro y sintético. Con unas intervenciones mínimas y sutiles y sobre pequeños formatos, Furriols consigue evocar las magnitudes de un espacio virgen, vacío, pero que no es neutro, sino que absorbe nuestra atención.

El plano y el pliegue

Paralelamente a las maderas surcadas y punteadas, durante los años setenta y ochenta Furriols trabajó con el pliegue sobre el papel. La pieza no es sólo la que se realiza sobre el papel, sino que está constituida por la forma autónoma, casi escultórica, de la superficie respecto al espacio circundante. El tratamiento cromático y de las texturas es fruto de laboriosos procedimientos, pero el resultado se caracteriza por una simplicidad máxima, serena y contemplativa.

La dinámica de las espirales

Las estructuras en espiral de la obra de Furriols, presentes en todas sus etapas, indican un vector de movimiento centrípeto. La circularidad y el agujero crean unas inercias que evocan un desplazamiento y un paso hacia otro espacio. El recipiente es análogo al agujero que recoge y contiene. Se evocan dimensiones ocultas de efecto hipnótico.

El sentido del orden

Situar, ordenar, colocar. Mediante formas abstractas y objetos figurativos, Furriols muestra su exploración del orden alejado de toda obsesión neurótica, dotando de nuevo sentido al género de la naturaleza muerta. Es respetuoso y amoroso con las cosas, pero también puede ser irónico por momentos, cuando juega con las escalas y la dicotomía entre estatismo y movimiento. Furriols otorga un lugar a los objetos, que cobran sentido a través de la comunicación y la ubicación relativa entre ellos.

Meditando la transcendencia

Las preocupaciones trascendentes, de trasfondo incluso religioso, parecen hacerse cada vez más frecuentes y explícitas en la obra de Furriols. Solemne, el negro denso se convierte en la materialización de la oscuridad, como un negativo del espacio o de la materia. Aparecen también formas en cruz y claveteados obsesivos como los de los fetiches.

Caminos de continuidad

Las últimas obras de Furriols muestran una apertura de opciones y caminos. Tal vez podríamos distinguir en ellas una tendencia más marcada a la austeridad. Los bloques de espuma pierden sus clavos y muestran sus cicatrices. En cambio, unas piezas abarrocadas recientes evocan la vanidad de las gestas humanas, nuestra vulnerabilidad.