Hace cuatro años conocíamos la obra de la Elena Pendás embarcada en el Pop tradicional, con cercanías al Lichtenstein del cómic, con algunas navegaciones por el Pop anecdótico, el Pop relator de historias íntimas, siempre con tonos de transparencia vocacional, de cierto ingenuismo lúdico… Pero los caminos creativos tienen la libertad del ingenio y en el caso de Elena P. el trayecto recorrido desde entonces ha sido no solo espectacular sino también reconocido tanto por la crítica como por los seguidores de su obra. En principio fue el éxito de la itinerante organizada por la Xunta de Galiza, y, como consecuencia la contratación de su cuadro La Criticona para la decoración de la serie Siete Vidas de Tele 5, un hecho que la transportó a millones de espectadores de España, y a una fama inmediata y multitudinaria. Luego fue su larga exposición en el cálido ... Café do Pousadoiro, de Lugo, así como la muestra en el edificio Multiusos da Xunta y la presentación en Betanzos, hasta desembocar este verano pasado en lo que por ahora ha sido su mayor lanzamiento in situ: fue invitada por la dirección del exclusivo Gran Hotel María Cristina de San Sebastián para inaugurar con ella su primer ciclo de arte internacional, una distinción de muy difícil alcance para cualquier artista renombrado. Toda la prensa de Donosti, así como el diario El Mundo, las emisoras de radio y los canales de televisión acudieron a la presentación y obtuvo el reconocimiento explícito de todos los medios. Finalmente expuso en su nativa Ribadesella con igual repercusión mediática y popular, e inmediatamente Lugo… Y así llega ahora de vuelta a Asturias para ser presentada por Cajastur en Mieres, Avilés, Gijón. En marzo estará, simultáneamente, invitada por el Principado para exponer en el Palacio de Congresos de Oviedo…y quedan aguardando fechas Madrid, Barcelona, Londres, Buenos Aires, Montevideo. Y los nuevos contratos con productoras de TV.

DE LICHTENSTEIN A KLIMT

Para presentar la obra actual de Elena Pendás no necesitaremos elaborar un discurso cargado de peso académico y lenguaje referencial profundo. La pintura de Elena se ve y se siente sin necesidad de muchas explicaciones. Tiene una química relacional que la hace de fácil comunicación, y, si se nos exigiera algún acercamiento a las claves básicas de su obra nos bastaría indicar palabras como fantasía, color, vitalidad, elegancia, todo ello canalizado a través de una expresividad personalísima, que destaca a la mujer como protagonista, y diseña a su alrededor una desbordante capacidad decorativa. Habitualmente sus exposiciones son una fiesta brillante de imaginería lúdica que busca el placer sensorial, el regocijo visual, siguiendo el vuelo plástico de la autora…No en vano Elena es una pintora cuyo origen profesional académico es como en el caso de Warhol, Wesselmann o Lichtenstein, el diseño publicitario, un apoyo funcional que se rastrea en todo el Pop histórico. En el caso de ella, la diferencia está en su condición de mujer y su visión propia, así como en el acercamiento progresivo que ha tenido en los últimos tiempos al Modernismo vienés, al jugendstil de la sezession vienesa de Klimt, una maduración vivencial, traducida en términos de un cromatismo donde se reúnen las dos escuelas de manera singular, seductora. Es el refinamiento del art noveau con acento Pop. Algo diferente que ha gustado y sorprendido…

El proceso de transformación operado en la obra de Elena Pendás en los últimos años ha sido prodigioso. Ha conseguido tener un sello identificativo en el plano nacional, y se la requiere fuera. Ha entusiasmado a un público amante del arte que había dejado de visitar las salas expositoras por el aburrimiento que provocaba la enorme mayoría de los pintores del gran bostezo. Ha sido una de las rescatadoras del interés por el arte en los círculos donde se ha movido. Con ella no solo vuelve una auténtica creativa con base profesional acreditada, sino que también lo hace la alegría, el contagio espontáneo de la sensualidad, la provocación de ese ingenuismo lúdico de sus inicios, al que nunca ha renunciado. Su manifiesta libertad y su ingenio han generado una corriente de simpatía festiva alrededor de todas sus muestras y la comunicación, el diálogo que pedía Humberto Eco entre la obra y el espectador, queda asegurado…

Pese a la aparente relación de algunas de las obras de esta exposición, ellas son celibataires, solteras. No componen formalmente una serie sino que responden a una manera particular del ejercicio de la pintura. Cada cuadro tiene un carácter propio, diferenciado, y atrae por lo suyo… Así se advierte a poco de pasear la sala que nos detenemos, algunas veces con cierta sonrisa de complicidad al entender los mensajes o sospechar fantasías, y otras veces al recibir con agrado la textura o brillantez cromática que nos impresiona… el tempo del paseo se corresponde con las señas individuales que nos transmiten… y nuestra capacidad receptiva…

En el mundo del arte contemporáneo no solo es difícil conseguir la legitimación creativa, también resulta arduo el obtener un sello identificativo… y esas metas ya han sido alcanzadas por Elena. Su pintura tiene una marca propia que ya es distinguida por los seguidores de las exposiciones y muestras, y la calidez entusiasta de la crítica ha legitimado su Pop Modernista.