En el Espai 13, Diana Larrea muestra un proyecto que parte de las Constelaciones de Joan Miró, una serie de veintitrés aguadas, pintadas entre 1940 y 1941, que constituyen un momento fundamental en la trayectoria del artista e inauguran el lenguaje de su etapa de madurez, caracterizado por la presencia de astros, pájaros y mujeres.

Las constelaciones han constituido un punto de referencia y orientación para el hombre. En este sentido, su simbolismo está muy relacionado con la estructura del laberinto, una suerte de diagrama que conforma en la Tierra un reflejo de la retícula astral. Constelación y laberinto encarnan ese afán instintivo del hombre por ordenar y dotar de coherencia a su propia existencia.

Basándose en estos conceptos, Diana Larrea dispone dentro de la sala una trama laberíntica de líneas luminosas, formadas por una serie de tubos fluorescentes blancos dotados con sendos soportes. Este sistema de puntos de iluminación, diseminados y organizados sobre un fondo vacío, evoca un campo de energía astral, un microcosmos de trayectorias lineales concebidas como expresión poética de las fuerzas motrices del universo.

Electrocosmos invita a la participación activa del público, que se ve inmerso en un singular ritual iniciático al deambular por un espacio en el que, además, podrá entregarse a la contemplación y comprobar su capacidad para orientarse.