Empiezo este texto con la pregunta que tantas veces nos hacemos en relación a la diferenciación, generalmente bastante innecesaria, entre pintura y dibujo por ejemplo, o si para que una obra pictórica lo sea, requiere de ciertas dosis de color...

Pintura también es materia pictórica, textura y dibujo, además de superficie, aun renunciando expresamente a una de sus mejores y más vistosas cualidades, como la del color.

Titulé esta muestra 'En Ausencia del Color' para introducir precisamente esta duda razonable con respecto a este ámbito artístico y en relación al título de una tesis doctoral de la universidad del país vasco de Gentz del Valle de Lersundi, 'En Ausencia del Dibujo' en la que en cierta manera se cuestiona los límites del dibujo y la ambigüedad en la ... que queda producto de los profundos cambios que ha experimentado el arte en el último siglo, así como intento hacerlo con los límites de la pintura.

Dejó de interesarme en su momento la aplicación del color (aun cuando nunca me he considerado un pintor 'cromatista', permítaseme la palabra) con todas sus cualidades expresivas e incluso anímicas, en favor del dibujo y la forma. Consideré que debía limitar el uso del color para que la imagen tan solo remitiera a ella misma, a los elementos temáticos representados y a los propios recursos de la técnica pictórica del óleo, como en el caso de esta muestra. Capas muy diluidas de óleo mezclado con esencia de trementina, médium o incluso barniz, con capas densas y grandes empastes. Más 'pegotes' de pintura arrojada a la tela, como reafirmación de superficie plana y por tanto de su condición de plano de la re-presentación. Y la pincelada, siempre la pincelada. Atrás quedaron las experimentaciones técnicas, reservas de barniz, técnicas mixtas con adición de materiales como la ceniza y la escayola e incompatibilidades de materiales. Ahora el óleo en toda su extensión aún con la licencia del uso de barnices sintéticos.

Tal como se muestran las mismas capas de las distintas realidades, siempre en función de la representación de unos elementos que no por anteriores en mi obra, dejan de tener una vigencia e interés expresivos por sí mismos, amén de connotaciones en cierta manera antropológicas. Intención que también supongo en mi obra.

Así la temática no difiere mucho de la de los últimos años: el seco y austero paisaje manchego, cuna de mis antepasados. Como el rescate de realidades hasta cierto punto desagradables, degradadas y que pueden pasar desapercibidas en el ámbito de la naturaleza y de una región de La Mancha a mitad de camino entre la extensa llanura y la sierra rocosa. Nuevamente la planta silvestre de los cardos como una metáfora de la paradoja entre lo hermoso y lo feo en un mismo elemento en el que la intervención del tiempo transforma su imagen y percepción. Cardos solitarios o formando parte de grandes grupos que lo invaden todo. El paisaje castellano-manchego, duro y atractivo a la vez. Pequeñas colinas de fondo y llanuras salpicadas de arbustos yalpacas de paja. El rastrojo y las grandes construcciones de 'edificios de paja', a veces medio derruidas también como consecuencia del paso del tiempo. Aún los majanos de piedra como vestigios mudos del pasado y como forma aún presente de delimitación de los lindes del territorio y los troncos mutilados de los almendros, como cruces de un cementerio siniestro. Quizá también, algunas ovejas descarriadas...

Como decía, la temática no difiere en gran medida de la de los últimos años, lo que sí lo hace es mi manera de enfrentarme a ella, lejos de la estilización y abstracción de la forma de hace unos años. De una manera que podría definir como de 'fotografía antigua' en algunos casos, sobre todo por la ausencia del color y por un tratamiento a veces ambiguo de los planos. Un efecto conscientemente fotográfico que no realista-naturalista en sentido clásico. No se trata de un blanco y negro estricto, sino que los matices en tonos verdosos, azulados y ocres marcan una cierta diferencia entre las obras y partes de algunas de ellas. Al igual que los propios tonos del blanco y el negro, a veces más cálidos y otras más fríos.

Una docena de obras seleccionadas generalmente de gran formato junto con una obra mural formada por 16 telas pequeñas titulada 'edificios de paja' y un díptico de 200 x 100 cm., siempre en óleo y barniz sobre tela, conforman esta muestra individual que pondrá fin a esta temática natural y rural.

El subtítulo de la muestra -Pinturas en Blanco y Negro- reafirma y contesta la pregunta planteada al inicio: si, a mi modo de ver, la pintura no es sólo color y demás cualidades, sino también ausencia de éste...