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El proyecto específico "en el camino. N-322, Km.37 " de Jorge Yeregui consiste en la construcción de una valla publicitaria profesional instalada en la pradera del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, frente a la entrada de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla, y que muestra la fotografía en gran formato de un objeto arquitectónico encontrado en un lugar despersonalizado, con el objetivo de alertar sobre cómo en una sociedad de consumo, se construyen cosas que luego no se pueden costear y acaban siendo dejadas a su suerte.

La imagen seleccionada forma parte ... de una secuencia de fotografias inspiradas en el concepto de "pre-ruina", que documentan arquitecturas inacabadas, abandonadas por diversos motivos y que, expuestas en su estructura básica, son moldeadas por el tiempo y la naturaleza.

Jorge Yeregui, de este modo, remplaza la investigación del arqueólogo por la del detective y son los condicionantes externos que provocaron su congelación en el tiempo, los que determinan su interés más allá de lo que fue o de lo que podría haber sido. Lo que motiva realizar la fotografía de la "pre-ruina" es su interés por pensar sobre la fractura que les hizo perder su función convirtiéndolas en productos contradictorios que colonizan el territorio a la vez que resultan inhabitables. Estos restos, anónimos e improductivos encontrados al borde de las carreteras, son pequeños hitos en el paisaje cuya presencia desnuda, desprovista de los artificios que complementarían su funcionalidad -instalaciones, luminosos, escaparates o carteles- presentan de manera casual una arquitectura en bruto que refuerza su apariencia escultórica.

La manera de dar a ver el trabajo se apropia de las estrategias de comunicación dirigidas al consumidor en movimiento para presentarle, en su mismo contexto, aquí la calle, una imagen extraída del paisaje característico de la carretera. De la misma manera que las vallas publicitarias atraen la atención sobre los productos ofertados, la descontextualización de estas arquitecturas inacabadas trasladándolas de la realidad a la imagen, potencia el extrañamiento en este paisaje ahora cotidiano.