La geometría, el color y el uso de los nuevos recursos digitales distinguen la obra de Rufo Criado, uno de los más firmes valores de la pintura contemporánea española, que profundiza desde hace años en un proyecto artístico protagonizado por el paisaje -un paisaje sintetizado en elementos tales como franjas dispuestas sobre diversos fondos cromáticos- y su contrapunto, el medio urbano y la huella de la actividad del hombre, como fuentes de inspiración, desde una dialéctica artística que intenta conciliar los aspectos más racionales de su creación con sus necesidades expresivas.

Caracterizado por un expresionismo abstracto que participa también de los postulados de un cubismo evolucionado, orientado a la contemplación de lo natural, Criado desarrolla series y repeticiones de lienzos, utiliza fotografías y vídeos y crea también obras tridimensionales, volumétricas, como las cajas de ... luz que han protagonizado sus más recientes exposiciones. En todos ellos subyace su reinterpretación y deconstrucción de la naturaleza mediante un diálogo entre lo originario y lo artificial y también entre lo racional de las formas y la experiencia sensorial. Gracias a esa tensión consigue el artista que los esquemas geométricos que usa en sus composiciones reflejen estados de ánimo, curvas de melancolía, fulgores de entusiasmo.

Bautizado por algunos críticos como 'neogeometrismo', la vía expresiva abierta desde hace años por Rufo Criado dota a las formas de una representación simbólica y también de una singular clave poética, enriqueciendo su trabajo con una capacidad de emoción y de lirismo que se diferencia de otras concepciones más 'puras' de la abstracción. Alejado tanto de la afectación y la aparatosidad como de la rigidez formal, ha creado un lenguaje propio en el que el paisaje rural se sustancia mediante el contraste servido por formas y colores artificiales, más propios del moderno mundo industrial, y el chispazo telúrico que proporciona el pincel.

Quizá todo pueda resumirse en la pasión que se intuye tras la materia, en la energía que late en las formas lineales, en un vigor creativo que viola las limitaciones de la lógica fría y se hace color para conservar su capacidad de conmover sin renunciar por ello a la reflexión y el análisis.

Artista de sólida trayectoria, Rufo Criado participó durante nueve años, entre 1985 y 1994 en el colectivo A Ua Crag, grupo de creación que desarrolló numerosas intervenciones artísticas en lugares no convencionales, tanto nacionales como internacionales. Este tipo de intervenciones se dejan notar en la exposición con la que el pintor llega al Centro de Arte Caja de Burgos CAB. Distribuida en dos niveles, incluye composiciones digitales, cuadros y grandes lonas retroiluminadas. 'En la distancia verde', muestra coherente con el empeño y las ideas que han informado toda su obra anterior, rinde al tiempo un homenaje al poeta medieval japonés Kano No Choomei y convoca de nuevo al intelectual y al artista que habitan en Rufo Criado.