Las dos intervenciones murales, que se encuentran en el foyer del auditorio principal de La Usina del Arte, dialogan en una composición de formas y colores, dando una sensación de armonía visual y sonora al espacio y acompañando al “uso” del área principalmente dedicada a la música y a las artes escénicas.
Opus Azul, la pieza de Diego Mur es una sinfonía que vibra por una superficie donde el recorrido se vuelve un laberinto. Claves que nunca se repiten dan lugar a un sinfín de notas que funcionan como un preludio a lo que suena del lado de adentro del auditorio.
Mientras que en Kanon Altísima, la composición de Luis Rodríguez, el pasaje de circulación es relativizado y el movimiento humano queda desplazado hacia otra dimension que la cruza transversalemente inventando topografías, sugiriendo caminos, permitiendo un destino diferente y disfuncional que se contiene y cuestiona, que inventa posibles nuevas direcciones.
Es así,...como en un Ensamble Musical, donde la voz y los instrumentos, transmiten una interpretación propia de melodías que pertenecen a géneros y estilos diferentes.
Entrada actualizada el el 03 abr de 2016
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