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Con las presentes trece piezas, las cuales corresponden a momentos diferentes, aunque cercanos en años, recojo un tema reiterativo en mi obra: la naturaleza. Me agrada pensar que es el Guadiana, pues aparece aunque no lo busques.

Seguramente mis paisajes distan de los románticos del XIX que tanto admiro, pues más bien interiorizo las relaciones, ruidos que la observación de éste me transmite. Lo cierto es que en mi mente sigo pensando en dichos paisajes románticos, pues a partir de su estudio empezé a realizar mis paisajes introspectivos. Y, me siento admirando el mar y los árboles. Escuchando su rumor silencioso. Lo cual ya es una meditación. Práctica milenaria en oriente que hemos ya traducido a nuestro vocabulario.

En mis piezas ... sobre el mar hablo del sencillo salto de un pez. Y es un salto espectacular y grandioso por mi imaginado.

En las piezas sobre las sinfonías hablo del misterio de los ruiditos del bosque.

Y, por último,  en el jardín hablo de lo salvaje que es mi jardín y mi gato.